Homenaje a Ricardo Mejía Samaniego a 5 años de su cobarde asesinato.

lunes, 30 de agosto de 2021

ROSENDO RADILLA. DE LA CANCIÓN GUERRILLERA A LOS DERECHOS HUMANOS

Por Rubén Díaz²

Este artículo salió por primera vez en la Revista Poder Popular en el Número Especial dedicado al Comandante Lucio Cabañas en Diciembre del año 2020. 

"Señores soy campesino de la sierra de Guerrero, me quitaron mis derechos y me hicieron guerrillero."¹

En la historia de la humanidad, a partir de que surge la propiedad privada y la explotación del hombre por el hombre, la lucha contra la opresión se ha constituido en avanzar hacia el reconocimiento del ser humano como sujeto social que debe preservar fundamentalmente su vida, y con base en ella, que sea capaz de desarrollar su dignidad humana, entendida como su capacidad de alcanzar y desplegar todas sus aspiraciones, habilidades, conocimientos y pensamientos en el entorno social en el que vive, aportando con esta capacidad su contribución al desarrollo de la humanidad.

Es en el contexto de la lucha de clases y de su desarrollo, que las clases oprimidas van conquistando condiciones superiores de existencia. Con la revolución, el Estado opresor se ha venido transformando en otro, reconociendo y a su vez necesitando de la nueva realidad de explotación para la subsistencia del modo de producción imperante.

Al exponer el surgimiento del Capitalismo, Marx expresa este sentido histórico cuando expone la acumulación originaria del capital. El capitalismo surge a sangre y fuego, llevándose a cabo un proceso de despojo de las tierras y de las herramientas de trabajo tanto del campesino como del artesano, el aprendiz y el maestro en los talleres de las ciudades. Pero al mismo tiempo el sujeto, tanto de la ciudad, como el que emigra del campo a las ciudades para incorporarse a las nacientes fábricas, es un sujeto libre de la opresión feudal.

El estado moderno capitalista, en su momento revolucionario, surge al grito de libertad, fraternidad e igualdad. Coloca en el centro del pensamiento al sujeto individual y expone a la humanidad los derechos humanos, en el que encierra el concepto de dignidad. Todo el desarrollo del orden jurídico precedente se ve superado por la ocupación jurídica de esta nueva concepción. La clase triunfadora, la burguesía, que enarboló la bandera de la libertad, una vez en el poder, se vuelca en contra de sus propios postulados y son nuevamente los oprimidos y explotados los que empujan a la nueva sociedad hacia el reconocimiento de la dignidad humana.

La correlación de fuerzas en la nueva lucha de clases va moldeando al llamado estado de derecho. El desarrollo jurídico de la sociedad alcanza un punto más alto con el llamado imperio de la ley, con el establecimiento de la Constitución como pilar del nuevo Estado. Aquel texto base del Estado surgido de su fundación refleja la condición de las clases sociales y el avance de la organización y conciencia de los oprimidos, que bien logran con el constituyente o con la ley ciertos rasgos del respeto a su dignidad o, por el contrario, un retroceso en sus aspiraciones y demandas. Es un estire y afloje, triunfos y reveses; pero siempre avanzando hacia ese estado de dignidad humana en una organización social que la garantice. Paradójicamente, ese nuevo orden, no requiere de un Estado. La conciencia de clase, también en su desarrollo, alcanza su nivel más alto en esta etapa capitalista, cuando adquiere el conocimiento para encaminar la revolución hacia la destrucción del Estado y enviarlo como chatarra al arsenal de la historia. Esta conciencia se materializa en la práctica cuando existe y se expresa la voluntad popular de resistir y combatir, de ser sujeto activo del cambio revolucionario.

En el discurso, reiteradamente Lucio habla a los campesinos de los revolucionarios, de la necesidad de que los pobres sean revolucionarios. Y los campesinos lograron formar comités clandestinos, se prepararon para la guerra.

“Somos campesinos, y ¿Qué vamos a hacer? Necesitamos buscar el camino que nos han trazado todos aquellos hombres que antes de nosotros vinieron a darnos libertad ¿Cómo le hicieron ellos para sacudirse el dominio de una clase explotadora? Hay que hacer la revolución.”²

El 18 de marzo de 1967, luego de una brutal represión, Lucio Cabañas, quien salvó la vida gracias a la protección de las mujeres del pueblo y de los compañeros que estaban en aquella asamblea, se fue a la Sierra de Atoyac. La lucha guerrillera del Partido de los Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento se propagó desde la Sierra. De pueblo en pueblo comenzaron las asambleas. Lucio dijo:

"Y lo que tenemos que decirles a todos ustedes a hombres, mujeres, niños, viejitos, viejitas y todo mundo, porque esta lucha es una cosa que interesa a todos los pueblos […] El problema que venimos nosotros planteando no es un problema de Atoyac, ni es un problema de Acapulco, es un problema de toda la República, de un pueblo mexicano que está dominado por una clase rica, por una clase millonaria […] Pero la lucha de la Brigada es la lucha de todos, porque ustedes son los pobres y ustedes, son aquellos que están sosteniendo a las clases ricas para que vivan en comodidad. Y vean pues, con claridad, las diferencias que hay entre ricos y pobres, vean la gran diferencia que hay, por ejemplo, en el hijo del cacique, del rico, del millonario que anda en un coche último modelo. Y vean, por ejemplo, uno de sus hijos como anda sucio, descalzo y que no tienen ni para echarlo a la escuela. ¡Como esta gran diferencia, como ésta situación no se va acabar! Tiene que acabarse. ¿Por qué? Porque los pobres no van a aguantar toda esta situación."³

Rosendo Radilla. El dueño de la guitarra, escribió y cantó un corrido que llamó “18 de mayo”:

“Voy a cantar un corrido,

señores pongan cuidado,

yo les contaré la historia,

de lo que en Atoyac ha pasado.

Se regó sangre inocente

por las fuerzas del Estado.

Uno fue Arcadio Martínez,

otro Regino Rosales,

también Donaciano Castro

y don Prisciliano Téllez,

porque el gobierno de Abarca

todo arregló con las muelles…”⁴

El ejército mexicano persiguió a la guerrilla y aplicó la teoría del pez en el agua. Aislar a los guerrilleros del pueblo. Los militares cercaron comunidades, juntaron a los hombres, obligaron a las mujeres a hacerles y darles de comer, catearon, saquearon y hasta quemaron sus casas. Pusieron retenes en carreteras y caminos rurales, detuvieron y desaparecieron a miles, golpearon a mujeres y niños. Sembraron el miedo. Se evidenció que el Estado de Derecho y la legalidad era solo tinta en el papel. Los asesinos uniformados hicieron alarde de su entrenamiento: torturaron, desaparecieron y ejecutaron extrajudicialmente. Sólo en Atoyac de Álvarez, se estima desaparecieron 450 víctimas de desaparición forzada. Dicen que los amarraron de pies a cabeza, los subieron en helicópteros y los tiraron al mar.

Y en la Sierra, ante los campesinos Lució afirmaba:

"Ahora que, aparte de la pobreza, una serie de represiones que hay del ejército. Matanzas en Acapulco, matanzas en México, matanzas en toda la Sierra de Atoyac, que a los campesinos los torturan, los bajan como marranos maneados [amarrados] y los botan en las cárceles y allá se mueren […] y hoy que venimos nosotros, queremos que tengan confianza y que nos identifiquemos más y luego, pues, marchemos juntos a la lucha contra los ricos…"⁵

Rosendo Radilla, el de los corridos a la guerrilla, le cantó a Lucio:

Voy a cantar un corrido

al pueblo y a la nación

de un hombre que es guerrillero,

nacido de buena mata,

se llama Lucio Cabañas,

heredero de Zapata.

Sierra madre de Atoyac,

sierra maestra suriana, …

… Ahí viene Lucio Cabañas

buscando los federales

aplicando 7 puntos

la base de sus ideales.

Ahí andan los federales

por toditos los caminos,

buscando a Lucio Cabañas,

matando a los campesinos...⁶

Aquél canta autor de corridos, fue campesino, luchador social, promotor para la construcción de escuelas y hospitales; militante de organizaciones agrarias de campesinos y cafeticultores, y presidente municipal de Atoyac de Álvarez entre 1955-1956. En algún momento su familia contó, que cuando ocupó el cargo no era pobre, y cuando lo dejó, ya éramos pobres. Un 25 de agosto de 1974, el de la guitarra armada, el campesino, acompañado de su hijo menor, viajaba en el camión cuando se toparon con un retén militar, bajaron a los pasajeros y detuvieron a Rosendo, cuando éste preguntó de que se le acusaba uno de los militares le respondió “de componer corridos”. Y no se le volvió a ver.⁷

La familia de Rosendo Radilla jamás dejó de buscarlo, denunciaron su desaparición forzada y llevaron su denuncia hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 15 de noviembre de 2001. El asunto pasó a la Corte Interamericana que resolvió el 23 de noviembre de 2009. La Corte condenó al Estado Mexicano por violación a diversos derechos humanos, entre ellos los derechos a la vida, a la integridad y a libertad personales, el acceso a la justicia y la protección judicial.

La resolución de la Corte Interamericana repercutió sustancialmente en el ámbito legal del Estado Mexicano. Evidenció a la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el debate de si el Estado Mexicano debía someterse a la jurisdicción internacional y propició la reforma en materia de derechos humanos de 2011, principalmente con la reforma al artículo primero constitucional que eleva los derechos humanos al rango de la Constitución y establece tanto el principios pro persona, como el de control de constitucionalidad y de convencionalidad.

Además, se estableció:

1. La inconvencionalidad de la jurisdicción militar para juzgar los asuntos derivados de violaciones a los derechos humanos.

2. El derecho de las víctimas a conocer la verdad, a la justicia (castigo a los responsables), a la reparación del daño y la garantía de no repetición.

3. La facultad de los jueces para realizar un control convencional y constitucional de las leyes nacionales conforme al marco de los derechos humanos y la jurisprudencia interamericana.

4. La obligatoriedad de las sentencias de la Corte Interamericana para el Estado Mexicano.

5. El reconocimiento a las víctimas como parte en el proceso penal.

6. El reconocimiento de la desaparición forzada como un acto continúo en el que no aplica el principio de irretroactividad de la Ley.

Y en una estampa con la imagen de Lucio, que me regalaron en un evento de homenaje a nuestro Comandante Guerrillero, viene una inscripción, que cuando la leí lo imaginé en la montaña, reunido con los hombres armados, valientes y revolucionarios, hablando del socialismo, diciéndoles lo que decía: “si le cortas una forma de lucha al pueblo, es como que le cortaras un brazo al cuerpo”

1 Radilla, P. “El guerrillero”, en: Señores soy campesino. Semblanza de Rosendo Radilla Pacheco. Desaparecido, México, secretaria de Gobernación, 2012, pp. 32-33. Corrido revolucionario escrito por Rosendo Radilla Pacheco, detenido-desaparecido en un retén militar en Atoyac de Álvarez, Guerrero, México, el 25 de agosto de 1974.

2 VÁZQUEZ, Yair, (2016) “Memoria e identidad en el Partido de los Pobres-Brigada Campesina de Ajusticiamiento PDLP-BCA, Guerrero, México. 1967-1974”, Pacarina del Sur [En línea], año 7, núm. 28, julio-septiembre, 2016. Dossier 18: Herencias y exigencias. Usos de la memoria en los proyectos políticos de América Latina y el Caribe (1959-2010). ISSN: 2007-2309. Consultado el miércoles, 25 de noviembre de 2020.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=1331&catid=58Fuente: Pacarina del Sur - http://pacarinadelsur.com/58-dossiers/dossier-18/1331-memoria-e-identidad-en-el-partido-de-los-pobres-brigada-campesina-de-ajusticiamiento-pdlp-bca-guerrero-mexico-1967-1974#_ftn1 - Prohibida su reproducción sin citar el origen.

3 Ibid, Vázquez, Yair.

4 Op. Cit, Radila, P., páginas 27 y 28.

5 Op. Cit. Vázquez, Yair.

6 Ibid, paginas 30, 31

7 Ibid, página 41.



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