Por José Luis García Paniagua
Mientras los diferentes grupos de poder se peleaban
por el control del partido, las bases políticas que han hecho campaña a pie,
tocando puerta por puerta y casa por casa se rifaban las campañas sin
presupuesto, sin apoyo y sin cobertura de ningún tipo de parte de su dirección
estatal.
Esa fue su carta de presentación para ocupar la
secretaría de gobernación, al lado un presidente igual de nefasto que
arrastraba su propia estela de represión en el estado de México.
A nivel municipal, pocos son los ayuntamientos que han
sido gobernados por otro partido ajeno al revolucionario institucional. Con la
llegada de Vicente Fox a la presidencia se abrió una oportunidad de transición
que solo fue aprovechada por el perredismo en municipios como San Bartolo
Tutotepec y Tulancingo. En otros el PRI sigue gobernando aliado a cacicazgos
locales y a organizaciones paramilitares como antorcha campesina que creció
exponencialmente en la sierra otomí-tepehua y en la sierra oriental, siempre
lucrando con los programas sociales y los dineros públicos.
Morena nació ahí casi por milagro, en un estado donde
la población es mayoritariamente rural y campesina y se aloja en rancherías que
se pierden entre las montañas y las sierras, el control de los grupos de poder
locales es casi total. Dicha situación se complica mucho más cuando esos grupos
de poder pactan o son parte del negocio de la producción y el trasiego de
estupefacientes. Ahí morena nació por la confianza de la población en las
promesas de su candidato, pero también por el ímpetu de cambio de personas que
hicieron campaña arriesgando su vida, tocando casa por casa, caminando calle
por calle a pesar de las amenazas recibidas por los hombres de orca y cuchillo
que suelen pasarse la alcaldía entre sus compinches y se han hecho ricos y
poderosos al amparo de los dineros públicos. Nada nuevo para cualquiera de los
estados del país.
Esta historia se repitió de nuevo en el estado de
Hidalgo, aunque en algunos municipios no ganó el PRI, los grupos de poder
negociaron las siglas de tal o cual partido para poder figurar en la boleta,
siempre y cuando siguieran ellos y los suyos sangrando al erario público:
Priismo sin PRI, tanto amor le tenían a su partido que cuando no garantizó
candidaturas y triunfos se cambiaron a otras sucursales políticas mas
rentables, incluido el antorchismo, bien dicen que cuando el barco se está
hundiendo, las ratas son las primeras en huir.
Y mientras tanto MORENA, la esperanza de México, bien
gracias. Todos los grupos de poder se ocuparon en lo importante, es decir, en
el control de la presidencia y la secretaría del partido.
- ¿para qué chingados queremos ganar en un
pinchurriento estado? Lo importante es controlar el partido para controlar las
candidaturas que vienen, incluidas Guerrero y Oaxaca, que van a estar
facilitas, ahí ya hubo transición política y muchos de los ahora ungidos por el
bálsamo de pureza que el presidente reparte entre sus elegidos, ya han
intentado gobernar o han gobernado cuando el PRD decía que era de izquierda y
se montó en el poder olvidándose de los cientos de muertos que significó su
fundación, precisamente en esos estados.
Y mientras tanto, la base social y política
hidalguenses enfrentaba a la aplanadora del priismo sin PRI: lo clásico, compra
de voto, boletas marcadas con el voto dos días antes de la elección, retención
de credenciales, uso faccioso de recursos y programas públicos en favor de
candidatos ya fuere de Encuentro Social, Partido Verde o PRI. Y los no tan
clásicos: bloqueo de carreteras para evitar que la ciudadanía emitiera su voto,
cortes de electricidad, grupos de gente armada cerca de las casillas, amenazas
a candidatos opositores.
Los candidatos amenazados en su integridad física, no
pocas veces acudieron a las instancias partidarias en búsqueda de auxilio, de
cobertura mediática y legal, muchos encontraron la puerta cerrada simple y
sencillamente porque los candidatos se habían mostrado ajenos a los dimes y
diretes de las elecciones internas y no habían mostrado su alineamiento con
este o aquel candidato. En pocas palabras: “rásquense con sus propias uñas”.
Vale madres si hay evidencia contundente del fraude o que la vida de los
candidatos este en riesgo, entre otras cosas porque le descerrajaron un
cargador de metralleta frente a la casa de campaña. Las instancias partidarias
están ocupadas y la base puede esperar a que los jugadores de las grandes ligas
decidan quién es el bueno.
En estos días, quienes conformaban el Consejo
Ejecutivo Estatal cumplirán su periodo, en cumplimiento de los reglamentos
internos; la mayoría de ellos eran de MORENA antes de que esta existiera,
muchos de ellos recibieron a su candidato presidencial cuando pasó por su municipio,
solo con una pequeña comitiva, no había aparato, ni dinero, eso si la esperanza
de que con él al llegar a la presidencia la situación podría cambiar, esperanza
que poco a poco se desvanece. Como no va a ser así, cuando se empieza a notar
que las carteras del nuevo Consejo Ejecutivo Estatal, se llenaran de recién
llegados, es decir de chapulines que abandonaron al PRI, al PAN o al PRD, donde
medio existía para pasarse al partido que más oportunidad les da de llegar al
poder y de conservar sus privilegios.
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