Guerra silenciosa desarrolla el gobierno en varios estados: IDP
Podría repetirse la represión política de los 70: Canseco Ruiz
José Gil Olmos. En su haber está entramada la historia de varias luchas, algunas clandestinas, otras públicas. Izquierda Democrática Popular (IDP) apenas cumplirá un año pero sus integrantes provienen de una etapa de represión política "la década de los 70" que prevén se puede repetir en el futuro inmediato si no se pone un dique a la "guerra silenciosa" que, dicen, se viene desarrollando en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz e Hidalgo.
Después de un intento fallido para registrarse como agrupación política nacional en el Instituto Federal Electoral (IFE), advierten que su lucha no termina con las elecciones del 2000, pero a la víspera proponen un diálogo nacional para formar una alianza opositora y romper con la "realidad virtual en que vive la actual cúpula gobernante".
El pasado 31 de enero la IDP quedó conformada y en una asamblea constitutiva salió la dirigencia como un colectivo de dirección nacional. Alberto Híjar Serrano profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, ex preso político al ser acusado de formar parte de las Fuerzas de Liberación Nacional y perseguido en 1995 por haber sido profesor de Rafael Sebastián Guillén, a quien el gobierno identifica como el subcomandante Marcos-- quedó como secretario general.
Entonces se acordó como objetivo de lucha "la conquista de un nuevo orden económico, político y social donde la libertad, la igualdad, la democracia y la justicia sean los soportes principales de la convivencia social".
Felipe Edgardo Canseco Ruiz, preso durante ocho años acusado de ser parte del Partido Obrero Clandestino Unión del Puebloų Partido de los Pobres (Procup-Pdlp)-- de entrada aclara que sólo una parte de la agrupación fueron integrantes de organizaciones "insurgentes armadas" pero que otros provienen de luchas públicas y legales. Rechaza, además, la idea que sean considerados como el "brazo armado" de algunos grupos subversivos actuales como el EPR, EZLN o el ERPI.
"Somos respetuosos y por nuestro origen y por el análisis que hacemos de la actualidad, entendemos las causas que los motivaron y estamos convencidos de que sus demandas son legítimas. Pero sería una torpeza pensar que algún grupo insurgente pueda tener pláticas o una relación con nosotros que estamos vigilados por el mismo Estado que los quiere eliminar", precisa el oaxaqueño, que estuvo recluido hasta principios del año pasado en el penal de alta seguridad de Almoloya.
Sin embargo, dice que no soslayan la posible existencia de "miles de mexicanos en insurgencia" por la política, y sostiene que la IDP toma como obligación luchar por el establecimiento de una mesa de dialogo nacional para discutir abiertamente la "guerra de baja intensidad" que viene desarrollando el gobierno en varios estados y que podría recrudecerse.
"Es necesario sacar del sótano el tema y subirlo a la mesa de dialogo nacional y contrarrestar la estrategia del gobierno de dejar que se pudran estos conflictos. Nosotros nos planteamos como prioridad romper la realidad virtual en la que vive el gobierno y colocar en la agenda nacional la guerra en curso que hay en México", asevera Canseco.
--¿Guerra?
"Sí, porque todo acto de violencia que atenta contra la seguridad, contra los derechos humanos es un acto de guerra. Sí, porque hay enfrentamientos con militares en Guerrero y Chiapas, porque hay desaparecidos y represión del gobierno federal", responde a su vez Ana María Vera Smith, también acusada de haber formado parte del Procup-Pdlp y trasladada del Reclusorio Oriente al penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, al mismo tiempo que Felipe Edgardo Canseco, en 1996, cuando aparece el EPR en Aguas Blancas.
Fundadora de esta agrupación, explica que la "guerra" se desarrolla en dos sentidos: de manera silenciosa a partir de los altos niveles de pobreza que hay entre la población del país (70 millones) y de manera abierta con la presencia del Ejército y policía en Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Miembros de la IDP, entrevistados en sus oficinas instaladas en un viejo edificio levantado a la orilla del Viaducto Alemán, David Cabañas (hermano de Lucio Cabañas) y Hermenegildo Torres --ambos enviados al penal de alta seguridad de Almoloya por el ex secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, cuando aparece el EPR--, explican que una de sus metas es "frenar la guerra de baja intensidad y dar paso al análisis de las causas por las que miles de mexicanos se han decidido por el camino de la insurgencia".
En un documento preparado ex profeso para la entrevista, añaden que "es indispensable la participación de las distintas fuerzas, de todos los mexicanos en la búsqueda de alternativas en estos temas y que la viabilidad del diálogo nacional, pasa desde luego por el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés" entre el EZLN y el gobierno federal.
Privilegio a la lucha pacífica
Hermenegildo Torres agrega en la entrevista que la agrupación de izquierda lo que intenta es privilegiar la lucha pacífica, sin pretender ponerse a la vanguardia, y proponer la alianza con otras organizaciones para realizar un cambio político y económico al neoliberalismo. Así como exigir respeto al estado de derecho, "lo cual implica el funcionamiento del régimen republicano democrático y la integración de un congreso constituyente".
Sin embargo, Armando Quiroz Alejandre precisa que hasta el momento no se ha decidido establecer alianzas político-electorales para las elecciones del 2000 con otros partidos de izquierda.
Representante de la IDP para relaciones exteriores, junto con David Cabañas, el médico, que participó en los movimientos del sector salud desde 1974, precisa que la idea de la organización es pasar de la democracia representativa a la participativa, con el reconocimiento de figuras como la revocación del mandato, plebiscito, referéndum y la consulta popular. También apoyar a los movimientos sociales que luchan en contra del neoliberalismo como el Consejo General de Huelga (CGH) al que apoyan a través de la Asamblea Nacional de Organizaciones Sociales.
En tanto que a nivel cultural, Oralba Castillo Nájera explica que la IDP pretende ofrecer una nueva forma de hacer política a través de la educación y de la transmisión de la historia nacional en la que se destaquen los momentos de lucha popular. Seguidora del Taller de Arte y e Ideología del 74 y de la "cultura de la liberación" difundida por el muralista David Alfaro Siqueiros, sostiene que solo se puede ver al país como una nación "pluriétnica" y "multicultural".
Acreditación y poder popular
El pasado 9 de abril el IFE rechazó la documentación de la IDP para registrarse como agrupación política nacional, al acreditar sólo 7 mil 8 afiliaciones de las 7 mil 500 que habían reunido en un mes y medio principalmente en DF, estado de México, Hidalgo, Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero y en menor medida, Guanajuato y Morelos. Sin embargo no apelaron ante el Tribunal Electoral porque, dice Canseco Ruiz, por la premura no entregaron los papeles en regla.
Sin embargo, para ellos lo importante es que habían avanzado en la integración de los colectivos de poder popular a través de los cuales plantean llegar a 15 mil afiliados y trasmitir su programa de lucha que contiene "labores de agitación, propaganda y organización que tienda a la movilización de ciudadanos", según la circular uno emitida por la Secretaría de Organización.
Conformados en grupos de tres individuos, dichos colectivos son la célula de organización de la IDP que tiene como meta inmediata cambiar el sistema de gobierno y la construcción de una "verdadera república democrática donde tenga plena vigencia el respeto a las libertades políticas, la división de poderes, la participación ciudadana y el respeto irrestricto a los derechos humanos".
TOMADO DE: http://www.jornada.unam.mx/1999/12/04/pol4.html
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