Por IRD²
"Nuestras demandas no caben en sus urnas"
Pedro Hernández Morales
Con el equivalente al 20% del PIB, la oligarquía financiera atesora una fortuna sustraída de la sangre, el sudor y las lágrimas de millones de trabajadores que tenían la esperanza de que “un rayo de luz” cambiara las cosas.
El poderoso capital financiero permea toda la actividad económica del país, en cada plástico o tarjeta que usamos para consumir, en cada celular que usamos para transferir, en cada aplicación que usamos para comprar y también para cobrar.
El poderoso capital financiero está en nuestros hogares, en la angustia de las deudas, en las hipotecas impagables, en los intereses inclementes, está por todas partes, no solo en la ansiedad que pulsa en nuestras casas, sino también, bajo la mirada inquisidora del patrón en el centro de trabajo o bien en el sudoroso y apretado traslado del metro, “lustrado como los zapatos”, pero teñido de corrupción en su nueva gobernanza.
Esa oligarquía financiera, perversa y enriquecida “con amor”, es cobijada con “abrazos” por un buen “benefactor” y hoy se regocija de alegría, al ver la tenacidad y elocuencia denostativa con la que Claudia “les canta la mejor de sus rancheras”, al son de las urnas que espera colmadas de votantes, atraídos por “la flauta mágica” de la nueva versión del Nacionalismo Revolucionario.
Gracias CNTE por haber levantado el espejo del “rayo de luz” que aturdía las miradas, gracias por el “grito” que al son de las consignas, le dio vida insumisa a la bandera, que ondea sacudida por el viento, anunciando el tronido de la tormentas que han refrescado las conciencias y acrisolado el sentir y la necesidad de la lucha.
El "nuevo milagro” anunciado una y otra vez desde el balcón presidencial ya mostró el rostro del “México profundo” que lo inspira, como la piel morena reseca por la inclemencia del sol, labrada en el tiempo de la sumisión.
Gracias CNTE por los pasos que han pisado fuerte en la metrópoli, haciendo “temblar” a los poderosos y sus corifeos en los medios, comunicadores que escupen su desprecio por la dignidad presente en el “Gran Campamento” que posa desafiante en el corazón de la república.
Gracias por redimir al pobre, hastiado de que lo usen “en nombre de todos”, ahora sabemos quién gobierna y para quien gobierna.
Gracias CNTE por recordarnos que el futuro no se construye con “parches” de “fondos benefactores”, gracias por desterrar la ilusión de la “excelencia magisterial” convertida en USICAMM, con el perdón de la autoestima de quienes se sintieron “maestros de calidad”, encumbrados por la prueba de la falsedad.
Gracias por soplar fuerte, tan fuerte como el pulmón libertario que ve ante sus pies los restos de la “excelencia” queriendo revivir con consultas y encuestas, que ahora invaden desesperadamente las aulas, como el ave fénix queriendo revivir de sus cenizas.
Gracias CNTE por brindarle la oportunidad al magisterio y pueblo en general de convivir en rebeldía, no importando que el “miedo a la a libertad” nos aceche por doquier, en la mirada “aspiracionista” de la pequeña burguesía, también llamada “clase media” o bien en la angustia enajenada del trabajador, corriendo a su calvario, con los ojos puestos en la panza y una cabeza montada sobres sus hombros que no es la suya, mucho menos importa que en la avenida de Reforma, la “Mileyde de Polanco”, vieja lideresa del “charrismo” sindical, comparta el sentimiento de agravio con los opulentos y magnates, vivientes faraónicos a la sombra de la “ciudad de los palacios”.
Gracias CNTE por educar al oprimido con tu ejemplo, con tu lucha, con tu vivencia, con tu resistencia, con tu voz y tú mirada desafiante, liberada del temor al descuento anunciado en la “mañanera”, por no decir desde el balcón presidencial, resguardado a sus costados por lar tropas contenidas por las “vallas del miedo”; gracias por enseñarnos el valor de la dignidad, aunque los baños sepultados de excremento en el plantón, nos recuerden que la modernización capitalista y su pretendida humanización, amenaza con convertirnos en sus desechos.
Nada de lo dicho cabe en una urna, por más inédita que sea la elección, por más corrupta que sea la justicia, ni por más juarista que sea la intención.
Nada de lo dicho cabe en una urna, como no podrían caber las miles de pisadas y la huellas dejadas a lo largo y ancho de la ciudad, reclamando el camino de la “transformación usurpada”.
Si algo nos enseña el tiempo de la lucha, es que nunca conocemos el fondo de la urna, pues al contar los votos, siempre pasa lo que la “chistera con el mago”, el conejo que se asoma puede ser un camaleón del tamaño de quién hoy ocupa la Secretaria de Educación o bien un tiburón hambriento como Marcelo, acechando a la propia presidenta y así, podríamos seguir, la lista es tan larga que la piel, siendo morena se palidece, asumiendo tonos tricolor y blanquiazul, en un teatro donde “la mano que mueve la cuna” es el “mago del dinero”, del potentado, del titiritero financiero, que tiene el don del depredador, puede gobernar sin estar en la urna, se puede contrariar con unos y otros, pero conoce de la sanación del dinero, se puede aliar con unos y otros pero siempre fiel a su interés.
El don del dinero es la virtud del financiero en un mundo donde la “medida de todas las cosas es el dinero” que todo lo puede, hasta educar un perro y ponerlo a bailar y como en este mundo del dinero no se distingue la barrera de “lo político y lo económico”, porque simple y llanamente no existe, en una de esas, de la chistera nos aparece un “dinosaurio” y no me refiero al clásico tricolor, mutante y moribundo, sino a la nueva clase política y económica, que invade todas las esferas de gobierno y robustece las finanzas, que asola con terror y muerte a toda la población: El Narco.
En cualquier caso, la decisión de participar en el proceso inédito, con el que se busca limpiar “El Establo de Augias” de la judicatura, está en cada quien, no es del interés de la CNTE boicotear el proceso para que al amanecer se le culpe de cualquier tropiezo o desilusión institucional, ya quisiera Claudia escuchar en la voz de la CNTE, la decisión de estropearle el “acto republicano”, se libraría de la angustia y ansiedad que la acompaña en el día previo a la elección, así tendría “el chivo expiatorio” para su sanación. Pero no hay que equivocarse, si en el camino de la CNTE se atraviesa una urna, se llenará de la dignidad que invade el zócalo capitalino, aunque las urnas no se den abasto para contener la demanda magisterial, pero ésta, es una decisión de “las bases” que pronto se sabrá.
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