La demonización del comunismo (socialismo-comunismo) no es algo novedoso ni original, menos su vituperio desde la reacción y a través de la falsedad. Unos se insultan, “no soy socialista”, otros atacan cualquier reivindicación de justicia, ya que es comunismo. Todos se posicionan desde el liberalismo, es decir, a partir de las ideologías del capital.
Unos juegan a la consolidación imposible desde el gobierno, y los otros preparan condiciones extremas para regresar al gobierno, demostrando que el poder político va más allá de ganar las elecciones.
Los sectores de las clases que poseen estratégicamente las fuentes de la vida social, la burguesía, al igual que de la vida individual, pública y privada, se lanzan utilizando el miedo de las personas, el temor que han fabricado por más de doscientos años.
Es momento de que los que aspiramos a la emancipación humana, los comunistas, demos a conocer nuestra posición.
Lo anterior nos remite en primer lugar a la historia, porque el socialismo comunista ha sido edificado por medio de profundos procesos de lucha, con los actos de Julio López Chávez, fusilado por órdenes de Benito Juárez, por José revueltas, encarcelado en Lecumberri, por Lucio Cabañas, con su perspectiva desde el hacer y ser pueblo, por los cubanos con su despliegue de la educación y la salud, la comuna de París por su asalto al cielo, se ha construido con la memoria de los desaparecidos, la entereza de los presos políticos, las acciones de los asesinados políticos.
Dichos procesos organizativos, atizadores de la lucha popular, no surgen de la imaginación o el delirio, sino de una realidad constante, sobre nuestros brazos y mentes se ha construido el sistema de miseria, a través de nuestro trabajo sostenemos el capitalismo, en sus crisis o en su bonanzas.
Pero, el socialismo comunista no construye quimeras, sino que, sobre esos hechos, propone vías para la superación de las condiciones capitalistas. Por tales razones, posee como consigna indispensable la autoorganización, la independencia ideológica y, por tanto, política. Es decir, autonomía frente a las teorías, ideologías o construcciones ético-morales orgánicas al capitalismo.
El comunismo no es la posibilidad que se puede construir a través de las jerarquías, imponiendo, sino mediante la acción política de quienes viven las condiciones de explotación, miseria, hambre, enfermedad.
En consonancia con esa perspectiva, se propone la destrucción de las condiciones que sostiene al Estado en su carácter clasista, no propone un estado mínimo evaluador, ni apunta al fortalecimiento de un estado benefactor, de corte keynesiano y nacionalista
Entonces, los principios se convierten en horizontes, si la emancipación de las condiciones de explotación y de dominio debe ser creada en comunidad, autónomamente, el socialismo aspira a la plena libertad ... “Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.” (Rosa Luxemburgo)
Así, el socialismo en vías a un posible comunismo, propone la igualdad social, no la igualdad absoluta, ya que uno de sus pilares es la unidad en la diferencia. A cada cual según su necesidad, y de cada cual según su capacidad decía Marx.
Los ataques desde la derecha y la “izquierda” institucionalizada, son muestra de que el espectro del comunismo sigue rondando, el temor continúa presente en los burgueses, lo mismo que en sus representantes políticos.
Derivado de ello, nos queda claro que debemos reforzar los procesos organizativos, la agitación en los barrios, las colonias y en cualquier entorno de trabajo político. Tenemos que difundir las ideas socialistas con orientaciones comunistas, mostrar lo que diferencia a los comunistas de otras propuestas que dicen alentar la lucha de los pobres, los trabajadores, del proletariado.
¡Por la patria el poder popular!
¡Por la emancipación de la clase trabajadora!
Izquierda Democrática Popular
Colectivo Lucio Cabañas
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