El MMCRE concluyó el año 2019 con un horizonte nebuloso. El arribo de la 4T y la cancelación del filo punitivo de la reforma, por lo menos en sus contornos más agresivos, terminó por serenar a los contingentes más representativos o consolidados de la CNTE, la cual se apresta a celebrar su próxima asamblea en medio de distintos conflictos locales y cuando está en curso un proceso de diálogo y negociación con el gobierno federal morenista, del que aún el MMCRE no logra sacar ventaja, aún cuando nuestros representantes, de pronto si lo hacen para causas propias, que ya sacuden las entrañas del MMCRE, crispando la relación entre algunas organizaciones.
Desde antes de concluir el 2019 ya varios compañeros alertaban que dislocada o derrotada, según se vea, la reforma peñista, el MMCRE tenía que modificar su nombre, una visión superficial que no alcanzaba ha observar que lo que el MMCRE requiere, más allá de la eventualidad de un nuevo bautizo, es un reestructuración interna que nos saque de formas de organización, representación y estrategias de negociación, que ya agotaron lo que de si, pudieron dar, durante una primera etapa de nuestra organización.
Quizá la evidencia más obvia de lo anterior , es que distintos agrupamientos, presionados por la falta de solución a sus demandas, hoy se lanzan por su cuenta, con toda legitimidad a la lucha, pero con los membretes de la CNTE y el MMCRE, sin que aún se haya logrado un regulación del uso de los mismos, por cuánto damos por centrado que en el mundo de las reglas no escritas todo es permitido y para todos.
Pero el asunto del membrete es un problema menor, de hecho, aunque en forma dispersa, el MMCRE sigue coleando de la mano de la CNTE, no obstante, ya la dispersión de la movilización acusa la crisis por la que pasamos y que en el pasado reciente, algunos quisieron ignorar, mientras torpedeaban y se rasgaban las vestiduras por el asunto de las supervisiones escolares.
El punto es que el MMCRE requiere dar un salto de calidad, pasar del democratismo y las reglas no escritas, a los acuerdos mínimos de funcionamiento interno y de las negociaciones desfondadas de visión estratégica, que ignoran las asimétria de las demandas que existen en el MMCRE, a otras formas y visiones que se ajusten a nuestra realidad interna
Este proceso va requerir de mucha paciencia, tolerancia, diálogo y análisis, en un contexto dónde el que se sale del MMCRE, no sale en la foto, es decir pierde el cobijo de un capital acumulado, que mal que bien todos hemos construido, aunque aún falta mucho por hacer...
14 de marzo de 2020
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