Año con año nos hemos dado a la tarea de recordar el recorrido épico del Comandante Lucio Cabañas por las montañas de Guerrero, enfrentando con recursos desiguales a mas de 25 mil efectivos del Ejército Mexicano.
Con el propósito de ahogar en su sangre la rebeldía de un humilde profesor convertido en guerrillero, las fuerzas armadas del gobierno tanto Estatales como Federales convirtieron a Guerrero en un campo de concentración, cientos de pobladores fueron desplazados de sus comunidades para restarle apoyo a las columnas guerrilleras que a su paso por los pueblos pobres y oprimidos de Guerrero, dejaban su mensaje de rebeldía y esperanza.
Lucio Cabañas, comandaba al Partido de los Pobres (PDLP), y su ideario político era socialista por definición. Él y sus combatientes estaban convencidos de la ruina del capitalismo y el rugir de su fusil tableteaba al ritmo de los movimientos guerrilleros que despertaron en América Latina tras el triunfo de la Revolución Cubana.
Lucio Cabañas no se distinguió por ser un intelectual de prolíficas palabras, y no fue el diseñador de estridentes y novedosas teorías políticas de la revolución.
Lucio Cabañas era un hombre de origen humilde y la fortaleza de su liderazgo estuvo siempre en la conducta sencilla que lo acompañó al paso de su vida.
Lucio no era líder de palabra rebuscada, su verdad era simple como la del pueblo que lo vio nacer y la familia que lo crio, era hombre de una profunda sensibilidad social, incapaz de cerrar los ojos y dar la espalda a la arbitrariedad y la injusticia, era un hombre de valor, de conducta intolerante frente al opresor y tolerante con el oprimido, con sus pares, a quienes siempre se dirigió con respeto y con animo pedagógico para ayudarles a descubrirse en medio de una sociedad capitalista escindida en clases sociales, en explotadores y explotados, en pobres y ricos, cuya estela de muerte, miseria y hambre aun destila el hedor de su putrefacción.
Como a Zapata y Villa lo denostaron como gavillero, criminalizaron su lucha pero nunca pudieron ocultar la nobleza de sus propósitos y el coraje y la determinación de su voluntad.
Nunca se rindió, aun en la mayor de las circunstancias adversas, cuando hay que decidir entre la vida y la muerte.
Llegamos a este 44 aniversario luctuoso de la caída en combate del Comandante Lucio Cabañas Barrientos con el compromiso de mantener en alto la bandera socialista y de rendirle culto a la sencillez y humildad del pueblo.
¡ Viva Lucio Cabañas !
¡ Ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo !
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