AL PRIMER
ENCUENTRO SOCIALISTA Y COMUNISTA
TEMA
1: DESARROLLO DEL CAPITALISMO
I.-
NEOLIBERALISMO E IMPERIALISMO:
“…
con fraternidad en nuestros labios,
declaramos la guerra contra el género humano.”
Jeremy
Bentham, palabras a la Convención Nacional de Francia en 1793, urgiéndola a “emancipar las colonias”: mostrando la
inutilidad y el ultraje que significa el que un estado europeo mantenga dependencias
en países lejanos”
La tesis que vamos a sostener en relación
con el punto planteado en este apartado es que el neoliberalismo es un nuevo
peldaño en la consolidación de los rasgos del desarrollo del imperialismo y por
tanto, del capitalismo. El rasgo más significativo de esta etapa del
imperialismo es la conformación de una alianza monopólica mundial, en la que el
capitalismo ha superado aquella fase de lucha por el reparto del mundo que tuvo
su mayor auge con las conflagraciones mundiales del siglo pasado. Ahora ya no
son los estados y sus clases políticas los que, respondiendo a los intereses de
sus respectivas burguesías nacionales, que utilizaban la estructura estatal y
preponderantemente el militar, para conquistar los espacios de mercado y materias
primas a su favor. Finalmente se han logrado conformar y consolidar poderosas
empresas multinacionales que hoy asumen la toma de las decisiones de dirección
económica y política no de un estado, sino de los estados, y los utilizan para
la implementación de su dominio mundial. La superestructura estatal del
capitalismo monopolista se utiliza ahora a la defensa y conservación del
sistema económico de dominación de los magnates intercontinentales del capital;
de una oligarquía internacional. Una etapa de consolidación superior posible
por dos acontecimientos significativos: uno lo es la derrota infligida al
comunismo internacional manifestada con el derrumbe del socialismo de la Unión
Soviética y Europa Oriental. El otro lo constituye la vertiginosa revolución
tecnológica que se ha producido principalmente en el ámbito de las tecnologías
de la comunicación y las telecomunicaciones, con la fibra óptica, la tecnología
digital, los satélites y el internet; que le permite realizar operaciones
comerciales y financieras con mayor velocidad en cualquier parte del mundo; así
como tomar decisiones, imponer políticas y realizar operativos militares de
gran envergadura, con sofisticado armamento, en donde se le antoje o lo
requiera; asociación monopólica que le posibilita a la burguesía unificarse
pese a sus contradicciones y ver al mundo como una empresa que hay que
administrar, empresa de sociedad anónima de la que todos sus accionistas
obtienen ganancias. Es
la división económica del planeta entre los monopolios internacionales, lo que
refleja un nuevo escalón de la concentración de la producción, división que
Lenin señaló en el primer tercio del siglo pasado sentando como su fundamento
“… un nuevo grado de la concentración mundial del capital y de la producción”
No significa esta nueva fase que se hayan eliminado las contradicciones entre
el capital y la confrontación entre monopolios, las que se puede ver expresadas
en bloques económicos dominantes, como los de la Unión Europea, China
o Japón, y que en momentos determinados pueden tensar está asociación mundial
monopólica de administración capitalista de la “empresa mundo”; significa
solamente que al menos no se vislumbra que se produzca entre ellos un nuevo
enfrentamiento militar por el reparto mundial.
Esta
nueva etapa del imperialismo reafirma el hecho de que el capital no tiene
nación y de la conciencia de clase obtenida por los capitalistas que dominan al
mundo desarrollando una estrategia de guerra: guerra contra el terrorismo,
guerra contra el narcotráfico o guerra humanitaria;
todas ellas son expresión de una estrategia de guerra de baja intensidad cuyo
fin es la subyugación de los pueblos sembrando el terror, implementando la
represión y militarizando las calles. El cambio político producido con este
nuevo grado del imperialismo tiene que ver con los métodos reaccionarios,
violentos, dictatoriales y fascistas de control, dominación y subyugación. El
imperialismo, se quita el velo, muestra su afán de dominio y ello se refleja en
la política del capital. Tanto internamente como externamente, el imperialismo
se aleja de la democracia, de los derechos humanos, tiende a la reacción. Cada
vez será más visible que los métodos de implementación de esa dominación tienen
su sustento en el ejercicio de la violencia, en la utilización de su poderío
militar. Noam Chomsky expresa este contenido al afirmar:
“Estados Unidos ha
dominado por mucho tiempo la región condos métodos principales: la violencia y
el estrangulamiento económico.De manera general, los asuntos internacionales
muestranmás que un ligero parecido con la mafia.”
La actual crisis del
capitalismo, la mayor de su historia, está arrasando derechos históricos de la
clase obrera, por medio de las políticas de la Unión Europea, de la OTAN, de
EE.UU., del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de los gobiernos
nacionales. Está sirviendo para desvelar en carne viva la naturaleza verdadera
del sistema capitalista. Sus dramáticas consecuencias abren una perspectiva que
permite a los y las comunistas salir de la actual situación de arrinconamiento,
permitiéndonos recuperar terreno e influencia en el seno de la clase obrera.
El capitalismo agonizante no
tiene otra vía para sobrevivir que el aumento de la explotación de la clase
obrera y la multiplicación del saqueo, el intercambio más desigual y,
directamente, el robo. El capital se abalanza hoy sobre la fuerza de trabajo,
haciendo retroceder todos sus derechos y reduciendo su precio, para mantener la
tasa de ganancia.
TEMA
2: ESTRATEGIA Y TÁCTICA
II.-
LUCHA DE CLASES Y MOVIMIENTOS SOCIALES.
“En
las calles está el poder”
Tomás
Nativí, detenido-desaparecido en Honduras durante la década de los 80.
En
torno a estos dos conceptos existe una contradicción. Esta contradicción ha
sido señalada por quienes sostienen que la explicación de la realidad a partir
de la conceptualización del enfrentamiento entre capitalistas y proletarios ya
no es aplicable luego de la derrota sufrida por el comunismo, y sustituyen a la
contradicción substancial señalada por el marxismo entre el capital y el
trabajo por el de capital versus movimiento social. También existe la tesis que
plantea que no existe esta contradicción en tanto que el movimiento obrero
viene a ser hoy una parte de este todo que se concibe como movimiento social.
En torno a esta contradicción, la tesis
que sostendremos es que la conceptualización que elimina la concepción de lucha
de clases o minimiza su papel preponderante lleva a formas y conclusiones de
lucha que retoman como alternativas la lucha electoral, la autonomía, el
autogobierno o la insurrección popular, concebida principalmente como una
irrupción popular y masiva capaz de derrocar gobiernos, irrupciones que, por
cierto, se manifestaron en América del Sur, en Venezuela y Bolivia
y que ocurrieron en el mundo árabesin que exista una orientación clara de sus
tendencias y orígenes por la injerencia imperialista,cuyos resultados reales,
como en el resto de los países sublevados, no veremos sino hasta más adelante.
Esta forma de concebir la lucha tiene como principal sustento una estrategia de
resistencia civil pacífica, evoca en gran medida a la movilización espontánea
del pueblo y no precisamente obtiene sus principales elementos en la
desarrollada por Gandhi en la lucha contra el colonialismo imperialista inglés.
Los
antecedentes a la conceptualización y uso del término movimiento social
devienen a raíz del desenlace de las confrontaciones que en el marco de la
guerra fría se dieron en el mundo. En la década de los 60, en algunos casos
desde antes, circunscribiéndonos al ámbito latinoamericano, se desarrollaron
movimientos populares armados en contra de dictaduras militares y regímenes de
fachada civil, pero en realidad de corte militar. El auge de la lucha armada
revolucionaria se vio aún más revitalizada por el triunfo de la revolución
cubana. En ese momento, no cabía la menor duda, la lucha era político militar.
El
imperialismo estadounidense implementaba su estratégica de seguridad nacional
que mostró al mundo hasta qué grado de criminalidad es capaz para sostener sus
dominación. El movimiento socialista se dividió en dos, porque una parte se
plegaría después a favor de reformas políticas que se abrían con objetivos
contrainsurgentes. La mayor parte de quienes abrazaron antes el comunismo y decidieron
participar en la institucionalidad política se plegaron a las voces que
anunciaron el fracaso del “experimento marxista” y por tanto de su doctrina
“ortodoxa, dogmática y totalitaria”. Por el otro lado, las fuerzas que
desplegaron la lucha armada desarrollaron las tesis marxistas sobre la guerra,
pero la mayor parte sucumbieron ante la atroz embestida del imperialismo. Uno
de los factores que contribuyó decisivamente en su derrota fue la caída del
bloque socialista en el mundo. Así fue revertida la revolución en Centroamérica
que ahora vemos revitalizada con el respaldo popular y electoral quehan
alcanzado en Nicaragua y El Salvador y con la resistencia hondureña ante el
golpe de estado de junio del 2009.
Existe una diferencia sustancial entre Centroamérica de la segunda mitad
del siglo pasado con la de principios del siglo XXI, diferencia que
utilizaremos para exponer una proposición para toda la región: lo que se puede
apreciar en las movilizaciones de resistencia de ahora es la falta de
conducción por parte de estructuras organizadas desde la perspectiva del
marxismo leninismo. Tanto las fuerzas revolucionarias que en Chile lucharon
contra la dictadura de Pinochet, pasando por los Tupamaros de Uruguay, los
Montoneros de Argentina, Mariguela en Brasil, hasta los sandinistas en Nicaragua, la mayor parte
de las organizaciones que conformaron el Frente Farabundo Martí en El Salvador,
la URNG en Guatemala y los diversos grupos insurgentes en Honduras (Cinchoneros
y Morazanistas, entre otros); fueron de corte comunista.
Entonces,
el movimiento comunista, en Latinoamérica y en el mundo sufrió una derrota de
la que aún no se ha repuesto y cuyos bríos actuales apenas y se perciben en el
paradigma planteado por el Movimiento Bolivariano encabezado por Hugo Chávez en
Venezuela con el proclamado Socialismo del Siglo XXI. La organización comunista
quedó dividida, disminuida en grupos atomizados incapaces de ponerse a la
cabeza de la lucha popular. Es el proletariado sin cabeza de José Revueltas, es
la nunca lograda Internacional Comunista de Marx.
La
noción de movimiento social surge en parte de esta ausencia e incapacidad de
dirección comunista y porque los pueblos, históricamente, con comunistas o sin
ellos, siempre se han revelado y resistido contra la opresión y están siendo
empujados más hoy por el avance del neoliberalismo y la dominación
imperialista, que va por la reversión de todas sus conquistas y el despojo de
su territorio, aguas, energéticos, etc., orillando a todos a una cada vez mayor
disminución de sus posibilidades de vida y a convertirse, en consecuencia, en
asalariados, desplazados o desocupados. Es el despojo de los comunes.
La
falta de dirección comunista ha venido a ser sustituida por conceptos como el
de autonomía, poder popular o democracia participativa, en los que el énfasis
está puesto en la decisión de los pueblos y de las masas sobre como resistir y
sobrevivir al embate imperial.
La
lucha puede ser por proteger tierras, los ejidos en México, o por obtenerlas,
los movimientos de los Sin Tierra en Brasil o de los campesinos hondureños en
el Bajo Aguan.
Por vivienda digna, por agua, como en
Bolivia o los Mazahuas en el Estado de México, por la educación gratuita, por
la defensa de la ecología, los derechos humanos, la lucha indígena, además de
los Zapatistas en nuestro país, de gran envergadura Bolivia, los Mapuche en
Chile y el movimiento indígena en Colombia, etc. El Movimiento Social se va
conformando entonces a partir de una serie de demandas y necesidades que se
tienen por falta o defensa de un bien o satisfactor.
En
el seno del Movimiento Social se manifiestan diversas corrientes e ideologías y
entre ellas la fragmentada organización comunista. Esta diversidad en
tendencias y en necesidades convierte al Movimiento Social en un movimiento
“sin ideologías” o mejor expresado, con “muchas ideologías”, en un sujeto
colectivo sin dirección, pero que por su acción y cantidad, ha puesto en crisis
la legitimidad del modelo neoliberal
Pero
la irrupción más sustancial de este sujeto colectivo se ha producido cuando ha
logrado identificar una sola demanda para todos y unificar espontáneamente y
sin estructura organizada, la movilización masiva callejera. La demanda única,
el hegemón analógico de Dussel,
ha sido, en la mayoría de los casos en América Latina, la destitución de un
presidente, la defensa de uno, en otros casos (Hugo Chávez en Venezuela, Manuel
Zelaya en Honduras y Rafael correa en Ecuador) y el caso de Bolivia que comenzó
con la lucha por el agua vinculado estrechamente a la lucha indígena. En Costa
Rica deben ser consideradas las jornadas en contra del TLC,
y hoy vemos en torno a las defensa de la seguridad social y conquistas obreras
las movilizaciones en España, Grecia y Portugal. Sólo para mencionar unos
ejemplos.
El
carácter relativamente espontáneo y desorganizado del Movimiento Social, cuando
no ha conseguido la demanda común, el hegemón analógico, tiende a diluirse a
pesar de los esfuerzos que las diversas corrientes y organizaciones que
trabajan en su seno desarrollan para mantener su capacidad de movilización,
para que se manifiesten con la misma fuerza o mayor en futuras acciones o, en casos
concretos, en procesos electorales. Cuando han logrado apoderarse de instancias
del gobierno u otros espacios del poder burgués y por su accionar accede al
gobierno un reconocido luchador social, como Evo Morales, por ejemplo, el
Movimiento Social pierde iniciativa y la asume el gobierno de izquierda o
progresista. Es más, una vez que han ganado el ejercicio del poder ejecutivo y
parlamentario a través de sus candidatos, el movimiento social cede la
iniciativa a sus gobernantes y acciona únicamente en su defensa.
La
estructuración de ese movimiento social, es por ese lado, una de las tareas
fundamentales a los que el movimiento debe arribar, pero las alternativas son
variadas y, en algunos casos sólo se manifiestan por las figuras del
plebiscito, revocación de mandato o referéndum. Quizás sea aventurado decir que
el más claro y avanzado es el proceso de participación en Venezuela por la
creación paralela a los esfuerzos de organización del movimiento social, del
partido político del socialismo del siglo XXI.
Cuando
entonces, se pone en la mesa del análisis la discusión de ¿cómo? organizar esa
“masa”, estructurarla para la resistencia y el enfrentamiento con el Imperio,
no deja de aparecer el recuerdo del Partido Comunista, no de un grupo de “iluminados”;
sino de quienes tienen la decisión y la voluntad de asumir la tarea de
organización popular en estructuras que sean capaces de enfrentar al poderío militar
del imperio; es pues, el accionar de todo el pueblo no únicamente del Partido.
Los
movimientos Sociales representan entonces sólo una etapa del desarrollo de la
conciencia proletaria y de su organización. En la medida en que esta conciencia
se exprese en todos los sectores en resistencia como la identificación plena
del imperialismo como expresión clara de los intereses de la clase capitalista,
contrapuesto a la clase trabajadora y a los pueblos, enemigo de la humanidad, y
del poderío militar que tiene, entonces las masas sabrán que la lucha
transformadora es un asunto de vida o muerte.
Dice
RaulZibechi que:
“Uno de los hechos más destacados del nuevo
escenario, desde una mirada centrada en los movimientos, es la dificultad de
encontrar ejes temáticos capaces de aglutinar un amplio conjunto de luchas
locales y regionales (…) Los hechos sociales más destacados de 2006 y 2007
muestran una aguda fragmentación temática que incluye un amplio abanico que va
desde la resistencia a la firma de tratados de libre comercio que motivó
movilizaciones importantes en Ecuador, Perú, Colombia y Centroamérica, hasta la
lucha democrática y contra las formas “arcaicas” y autoritarias de dominación,
que tuvieron en las movilizaciones contra el fraude electoral en México y en la
sublevación de Oaxaca sus manifestaciones más destacadas.”
Los comunistas, en su tarea revolucionaria
deben colocar como eje temático o hegemón analógico al socialismo y al
comunismo en la reivindicación de los movimientos sociales.
III.-
MOVIMIENTO SOCIAL Y PROLETARIADO EN MÉXICO
“De
la agitación y la denuncia a la
movilización política y de ésta a las acciones políticas de las masas”
México tiene una particularidad que lo
diferencia de los procesos del resto de América Latina. Esto no hace del
proceso mexicano algo especial si consideramos que cada país tiene sus
peculiaridades que trazan también su diferencia con los demás. Pero la que
existe en el proceso mexicano consiste en que los grupos armados que
irrumpieron desde los años 60 del siglo pasado lograron sobrevivir, algunos con
el planteamiento claramente marxista-leninista. ¿Puede este hecho pasar
desapercibido en el contexto de los movimientos sociales? Viendo el proceso
mexicano desde el montículo de estos grupos el panorama es diferente del que
observamos desde aquellos. Para los grupos armados la tarea principal en este
momento es de preparación para el combate, concibiendo ésta no como sólo la de
los elementos que lo componen sino de todo el pueblo. En una primera etapa se
trata de construir la voluntad popular de combatir. El problema entonces se
traduce en cómo realizar esa preparación del pueblo. Este cuestionamiento se inscribe
dentro de los movimientos sociales, porque la respuesta que se le dé tiene que
ver con la movilización de diferentes sectores del pueblo a partir de sus
propias demandas. Dentro de la estrategia trazada se plantea la necesidad de
construir un poderoso movimiento de masas, es decir, la confluencia de los
movimientos sociales que surgen necesariamente como respuesta a la opresión y
miseria en que se ven forzados a vivir los pueblos. La acción política
desarrollada por estos movimientos se convierte entonces en el mecanismo de
preparación y concientización. Solamente mediante la acción los movimientos
sociales pueden llegar a convertir una demanda muy concreta como el de la
vivienda o el de la seguridad en una demanda política, que puede ser la destitución
de un funcionario o la realización de una reforma como la implantación de la
revocación del mandato. Esta conversión de una demanda que expresa la
satisfacción de una necesidad muy concreta, que atañe solamente a un sector,
puede representar una necesidad de una parte todavía mayor de quienes en
principio la enarbolaron, aproximarse al hegemón analógico de Dussel y si gira
hacia una demanda política la confrontación tiene que ver con magnitudes
mayores. Dos ejemplos de esto lo encontramos en la insurrección encabezada por
la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) que comenzó como un
movimiento magisterial y terminó siendo un movimiento popular con la demanda de
la destitución del gobernador del Estado Ulises Ruiz. No podemos más que
imaginarnos lo que ese movimiento dejó al pueblo oaxaqueño si recordamos que
llegaron a poner barricadas en distintos puntos de la ciudad en una evocación a
las enseñanzas de la Comuna de Paris. El otro ejemplo lo tenemos recientemente
con la movilización impulsada por el poeta Javier Sicilia, que igual pasó de
una demanda de seguridad y contra la violencia al reclamo de la renuncia del
encargado de la Policía Federal y un acuerdo nacional que cuestiona seriamente
la “guerra contra el narcotráfico” promovida por el actual régimen y la
denuncia como una guerra que en términos reales se realiza contra el pueblo.
Es decir, la diferencia entre concebir a los
movimientos sociales como sustitutos de las organizaciones comunistas o no,
estriba en que si se les considera así se ve en ellos la alternativa de
transformación del país, lo que significa pensar en que eso es posible aun
considerando que el movimiento así surgido no esté sustentado en la idea de la
transformación socialista y que el imperialismo no va a intervenir llevándolo
al terreno militar. En este sentido, los triunfos de Venezuela y Bolivia son
altamente significativos, pero hay que verlos como procesos que enfrentan
constantes intentos por partedel imperialismo para revertirlos y de los que no
hay que descartar la resolución violenta que puede emprender como último
recurso. Las 7 bases militares que tiene el ejército de los E. U. en Colombia,
empuñan sus misiles con dirección a Caracas.
Visto el escenario como la realización de
la revolución proletaria, el problema resulta más complicado. Se trata de
forjar la conciencia proletaria para oponerla a la burguesa, de su organización
política y su capacidad de defensa, porque el contenido de la revolución que se
pretende es la destrucción y liquidación de los instrumentos
de poder del estadousando los instrumentos de poder del proletariado.
De todos modos, tanto
desde uno u otro plano, el problema inmediato es el mismo y es el de la unidad
de los movimientos sociales, los cuales en México se encuentran realizados
desde diferentes escenarios de lucha, pero al mismo tiempo convocados por
diferentes referentes que constituyen proyectos de unidad hacia un solo frente
de masas. Ahí están el Diálogo Nacional Por la Defensa de la Soberanía, la Coordinadora
Nacional del Movimiento Nacional por la Defensa del Petróleo, la Economía
Popular y la Soberanía Alimentaria, el Frente Nacional Contra la Represión,
el Movimiento de Liberación Nacional,
la Convención Nacional Democrática, la otra Campaña y el Congreso Social Hacia
un Nuevo Constituyente.Hoy
en día, un nuevo esfuerzo se desarrolla con la Convención Nacional Contra la
Imposición. En todos estos referentes participa la izquierda socialista y
comunista e intenta en ellos posicionar sus consignas. Es posible decir que por
la existencia de éstos el debate de las izquierdas a que aluden Héctor Mora y
Antonio Martínez
se está realizando ya en este país, debate sobre el que pesa una cuestión práctica
como el de las formas de lucha y en particular los procesos electorales vienen
a convertirse en una fuente de división. Las elecciones también pueden verse de
diferente forma y cada una de éstas tiene una visión de corto o de largo
alcance, más allá de las críticas que señalan a quienes participan como
únicamente movidos por el dinero y el espacio de poder que personalmente le
otorga una curul o un cargo público. Situación por cierto que ha hecho de la
izquierda electoral una izquierda realmente cuestionable, moralmente vista como
corrupta y cómplice del desarrollo neoliberal.
Entonces los candidatos y el partido de esa izquierda electoral no resultan
confiables para un amplio sector del pueblo que está convencida de la necesidad
de la transformación social y una izquierda que bien los zapatistas
identificaron como “la izquierda de abajo”,
pero también otros la señalan como la izquierda socialista o la izquierda
proletaria. Sin embargo, la coyuntura electoral debe analizarse partiendo del
reconocimiento de que existe un amplio movimiento social que surge a partir de
la esperanza de miles de personas en el triunfo electoral de su candidato y en
quien ellos si confían y ven como alternativa del cambio. Así se manifestó en
1988 con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas y en el 2006 y 2012 con López
Obrador. El cómo intervenir en esos procesos para forjar la unidad de los
movimientos sociales sin que ello signifique ponerse a la cola de esa izquierda
electoral o confrontarse con ella ha sido el gran dilema de esa otra izquierda
a la que hacen alusión los zapatistas
Las
irrupciones masivas electorales que hemos visto también han alternado con otras
como la de la APPO en Oaxaca, o la de miles de mexicanos que se movilizaron a
Chiapas para detener la embestida militar en contra del EZLN en el 94, o la
realizada, también por los zapatistas en el 2001, o la huelga del C.G.H. y
recientemente el movimiento del #yo soy 132; todas ellas nos hablan de un
amplio descontento popular, que hierve la sangre y mueve a miles a la
resistencia; pero que no encuentra alternativa en su lucha y los referentes
existentes en vez de conducirlos por un camino los jalan hacia diferentes
horizontes.
Las movilizaciones que se realizan dentro de
la coyuntura electoral son parte de esa preparación de la que se hizo mención
antes, y visto de esa forma, a la izquierda comunista le debe interesar
impulsarla y confrontarla con la estructura realmente antidemocrática y
represiva del Estado. Esta quizás sea una experiencia vivida en El Salvador, en
donde Hugo Molina asevera que “los escenarios de las luchas políticas electorales se convirtieron en
cauces para las movilizaciones sociales y las luchas reivindicativas de
sindicatos y gremios, organizacionescomunales, de excombatientes de la guerra,
principalmente de empleados públicos…”.Los estudiantes del #yo soy 132 nos enseñaron como se puede irrumpir en
el proceso electoral sin apoyar una candidatura y por tanto sin colocarse a la
cola de un partido político o candidato. El voto informado que reivindicaron
sacó a los estudiantes a las calles en grandes movilizaciones y en acciones en
las colonias, barrios y el transporte público con un esfuerzo significativo por
forjar conciencia en el pueblo.
CONCLUSIONES:
1.-
La implementación de la política neoliberal significa el acrecentamiento del
despojo y el saqueo de los recursos de los países de la periferia, subyugados
por la presión y el estrangulamiento económico y la política de terror y guerra
que se despliega a través de la guerra de baja intensidad. Este neoliberalismo
también atenta contra las conquistas sociales alcanzadas antes por la clase
obrera, el campesinado y el resto de la sociedad como lo pueden ser los
salarios y jornadas laborales de los trabajadores o la reforma agraria y el
consecuente reparto de tierras. Se ha generado en todo el mundo una política de
resistencia que se expresa en lo que muchos han llamado movimientos sociales.
2.-
Esta preponderancia de los movimientos sociales en la respuesta contra el
neoliberalismo es heterogénea, espontanea y dispersa en cuanto al planteamiento
de un proyecto de nación, pues es reivindicativa y por tanto una lucha
economicista que se ha tornado política sólo cuando se ha manifestado en
procesos electorales, ha pedido la destitución de un funcionario público, hasta
el presidente de la república, ha defendido el orden constitucional en contra
de golpes de estado, y en expresiones más avanzadas, ha sido autogestivo y ha
impulsado la autonomía o el autogobierno como formas de poder popular.
3.-
Las características economicistas y de espontaneidad, su falta de unidad; así
como el no planteamiento del problema del poder y la destrucción del Estado
capitalista es la principal dolencia de los movimientos sociales, síntoma
inequívoco de que su preponderancia se debe a la ausencia del movimiento
comunista que aún no logra reponerse de la derrota sufrida con la caída del
bloque socialista en la URSS y Europa Oriental, así como de los movimientos
insurgentes en América y otras partes
del mundo, con lo que se marcó el fin de la guerra fría.
4.-
Visto el movimiento social como la expresión de lucha que por sí sola va a ser
la alternativa transformadora de la sociedad, es una visión no clasista de la
sociedad, cortoplacista. La noción de imperialismo no sólo evidencia la
confrontación entre capital y trabajo, sino que también pone en la palestra los
métodos antidemocráticos y represivos que surgen de la política de los
monopolios y, por tanto, señalan con urgencia la necesidad de la unidad de las
fuerzas comunistas.
5.-
En México existen diversos referentes de movimientos sociales que buscan su
unidad, la misma no ha sido posible porque no encuentran su hegemón analógico;
pero los comunistas tienen la tarea de forjar en las masas la conciencia de que
la única salida a la crisis y opresión imperialista es la revolución socialista
y el proceso de construcción de las condiciones para arribar al comunismo,considerando
las experiencias que han vivido los países que han intentado construir el
socialismo en el siglo XX y en lo que va de siglo XXI para no cometer los
mismos errores, pues el socialismo no se decreta y el poder se construye.
6.-
En nuestro país, los procesos electorales son fuente de conflicto y
enfrentamiento entre la izquierda electoral y la independiente, porque la
primera ha demostrado su falta de ética, consecuencia y representación de los
intereses y luchas del pueblo; sin embargo debe reconocerse que en los procesos
electorales de los últimos 23 años, se han generado significativos movimientos
sociales que han tomado las calles en defensa de la voluntad popular. La gran
tarea de los comunistas es empatar este movimiento social electoral con el
resto de las luchas populares como desarrollo hacia la constitución de un
frente único de masas, capaz de aglutinar a todas las fuerzas socialistas o no
y patrióticas, que se oponen al neoliberalismo y al imperialismo. La
reivindicación de una nueva Asamblea Nacional Constituyente puede ser el
hegemón analógico de cara al pasado proceso electoral fraudulento del 2012.
7.-
Además del Constituyente el movimiento social y los activistas de los
diferentes frentes, comunistas, anarquistas, teólogos de la liberación,
patriotas y todos quienes están convencidos a enfrentar el embate neoliberal,
deben partir como una de las bases de su unidad del principio de que todas las
formas de lucha son válidas y por lo tanto del respeto a las mismas así como de
quienes no estén convencidos de desarrollar esta o aquella.
TEMA
III.- PROGRAMA DE LUCHA Y PLAN DE ACCIÓN
IV.-
HACIA LA CONSTRUCCIÓN DEL FRENTE PATRIÓTICO, ANTI-IMPERIALISTA Y ANTINEOLIBERAL.
“Hay
que estar atentos hasta del crecimiento de la hierba”. Lenin
El ascenso revolucionario mundial así como
la intensificación de la lucha de clases y las masas populares se refleja con
los grandes movimientos de masas en Asia, Europa y América siguiendo un curso
general ascendente. En México basta mirar el año 2006 para percibir este
ascenso, con la “Otra Campaña”, Atenco, la APPO y la propia movilización pos
electoral contra el fraude. En el 2012 no puede dejarse de ver al “Movimiento
por la Paz con Justicia y Dignidad” y al “yo soy 132”, y en general a las
luchas estudiantiles. Pero el aspecto importante que queremos destacar en torno
a este desarrollo del movimiento de masas es la participación de fuerzas que no
son comunistas o socialistas; pero que muestran una marcada lucha patriótica,
antimperialista y antineoliberal. Quizás un caso polémico sea el del Movimiento
de Regeneración Nacional (MORENA) y la figura de López Obrador; pero atentos a
su desarrollo podríamos determinar que se enmarca también dentro de esta lucha;
así como también a quienes hoy conforman “La otra campaña” y el Frente Zapatista
de Liberación Nacional; así como al Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad. Existen además, otras fuerzas que encuadran en la resistencia, pero
que tienen características gremiales como el SME, la CNTE, etc. Por tanto, es
posible y necesario impulsar la alianza entre las fuerzas revolucionarias, las
patrióticas, antimperialistas y antineoliberales. Esta se convierte en una de
las tareas estratégicas que los comunistas del país debemos desarrollar, sobre
la base de los siguientes ejes:
a)Una
política de reivindicación de las demandas populares.
b)Una política de denuncia de las
instituciones del Estado y de la mafia que ha usurpado el poder.
c)Una política que reivindique los
principios de la democracia participativa y por tanto se oriente hacia un nuevo
constituyente y una nueva república.
d)Una política de movilización y acciones
políticas en defensa de los bienes de la nación y de las conquistas y demandas
sociales.
e)Una
política que reconozca y respete a todas las formas de lucha.
f)
El Constituyente:
La
bandera de un nuevo Constituyente es aglutinadora. Va más allá del proceso
electoral y plantea una alternativa al desgaste del sistema de gobierno actual.
El Constituyente significa participación del pueblo y expresión de su voluntad. Ante el Estado fallido,
ante diputados y senadores inservibles, ante un ejecutivo fracasado y un
sistema judicial corrupto y al servicio de la oligarquía, reivindicamos al
Constituyente, como expresión del pueblo para decidir el rumbo que queremos
para nuestro país. El Constituyente es incluyente porque llama a todo el pueblo
y es continuo porque necesita de la participación constante e infinita del
pueblo.
El Constituyente reivindica entonces nuestra
soberanía, porque plantea la decisión del pueblo en la dirección del Estado, es
organizador porque requiere de la organización popular y es movilizador porque
implica la movilización del pueblo en la defensa de sus intereses. El
Constituyente es plural, amplio, revolucionario. El Constituyente es un
planteamiento alternativo ante el proceso electoral. Ellos llaman a votar y
nosotros al Constituyente. Es un llamado ante el fraude, ante la derrota de la
izquierda electoral o ante su posible triunfo para empujarla a aceptar la
orientación del pueblo.
No se trata de pensar que estamos en
condiciones de implementar el Constituyente. Tampoco lo estamos en relación con
el socialismo y sin embargo lo reivindicamos en todas nuestras proclamas. Se
trata de posicionar en la conciencia colectiva la idea del Constituyente, como
propuesta democrática, popular y de alianza hacia el frente único de masas.
1) De
la concepción burguesa del Constituyente:
La democracia liberal burguesa sostiene que
la soberanía reside en el pueblo y distingue entre poder constituyente y poder
constituido. El pueblo ejerciendo su poder soberano ejerce el poder
constituyente: elabora la constitución y crea los poderes constituidos
(ejecutivo, legislativo y judicial). Una vez ejercitado el poder constituyente,
éste desaparece y lo que permanece es el poder constituido. El poder
constituyente es absorbido en la máquina de la representación, pero eso no
quita que de vez en cuando pueda activarse.
2)
La concepción revolucionaria del poder constituyente
La
concepción revolucionaria, en cambio, considerando igualmente que la soberanía
reside en el pueblo, sostiene, sin embargo, que durante la revolución el poder
constituyente no tiene fin; que no se detiene, que está siempre en actividad,
creado continuamente nuevas respuestas. El poder constituyente se mantiene vivo
y es la base de todo. El proceso, por lo tanto, no termina con la elaboración
de la constitución. El poder constituyente originario, sólo ese poder puede
continuar impulsando la revolución, siendo expresióndel clamor del poder
popular, alimentándose de él, derribando
barreras que le impiden la realización del sueño supremo de una patria libre,
independiente y socialista.
El proceso movido por el poder
constituyente no se detiene. No se trata de limitar el poder constituyente,
sino de hacerlo ilimitado. El único concepto posible de constitución es el de
revolución: poder constituyente, precisamente, como procedimiento absoluto e
ilimitado.
La unidad de los movimientos sociales en
torno a la constitución de un gran frente de masas que aglutine a todas las
fuerzas que se manifiestan contra el neoliberalismo sean patriotas,
nacionalistas o comunistas, sólo es posible si se reconoce que todas las formas
de lucha son válidas, por lo que cada persona u organización es libre de
desarrollarlas y empujar hacia su ejecución; pero no puede obligar a quienes no
están de acuerdo.[26]
Para los comunistas es sólo la comprensión de la necesidad de la combinación de
todas las formas de lucha.
V.-
HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE LA UNIDAD SOCIALISTA Y COMUNISTA
PRINCIPIOS
PARA LA UNIDAD.
“…pero
las masas obreras, cuando llegue el momento, se unirán con facilidad y rapidez
y unirán a todos los comunistas sinceros en un solo partido, capaz de instaurar
el régimen soviético y la dictadura del proletariado.”
Lenin en “La Escisión de los Comunistas Alemanes”
A.- Introducción
En
la lucha que libramos los pueblos del mundo por nuestra liberación, quienes
conformamos las organizaciones que participamos en el Primer Encuentro de
Socialistas y Comunistas de Méxiconos rebelamos ante un sistema que intenta
justificar el robo sistemático de las riquezas que generan las grandes mayorías
por parte de una minoría que se aprovecha de la explotación como instrumento
para lograr sus objetivos: la burguesía. Un sistema que promueve diversas
formas de opresión, perpetuando el hambre, la miseria y el desprecio hacia
millones de personas de todas las edades. Un sistema que cuenta con una
poderosa superestructura que pretende legitimar un modo de producción que
genera plusvalía y, con ella, gran desigualdad. Un sistema en el que millones
están condenados a perecer por no tener acceso a la alimentación, la salud, la
vivienda y a la educación, derechos de todas y todos; mucho menos al
conocimiento liberador que les permita adquirir conciencia de clase. Un sistema
que antepone la acumulación del capital al bienestar social, sin importarle la
destrucción continúa del ambiente, que es de toda la humanidad. Es el sistema
capitalista, que se nos presenta en la actualidad en su estadio superior: el
imperialismo.
Consientes
de que la toma del poder para transformar esta realidad y construir el
socialismo, como etapa de transición hacia la sociedad sin clases, no se puede
hacer de manera aislada, hemos decidido iniciar y conformar un espacio para la
unidad de las fuerzas proletarias, que luche por la emancipación de los pueblos
y por los intereses de las grandes mayorías.
Nuestras organizaciones luchan contra toda
forma de injusticia y toda forma de discriminación, en cualquier parte del
planeta, sobre la base del internacionalismo proletario. Luchamos por la
propiedad social sobre los medios de producción de bienes y servicios, y contra
la concepción mercantilista de la producción. Luchamos por un mundo en el que
los seres humanos convivamos en armonía con nuestro entorno, ya que sólo así
garantizaremos nuestra sobrevivencia en el planeta.
B.- Sobre la Unidad de las Fuerzas de la
Izquierda Proletaria en la Lucha de Masas.
a).-
La Condición Objetiva Para el Desarrollo de la Unidad.
La
condición objetiva para la unidad de las fuerzas de la izquierda proletaria
está determinada por las condiciones de explotación de los trabajadores
mexicanos, cada vez más pobres y paupérrimos, por una clase minoritaria cada
vez más rica y poderosa. La relación de sometimiento de la clase obrera
representa una contradicción que genera por un lado inmensas masas de mexicanos
pobres y una minoría de ricos empresarios aliados al capital mundial. Esta
polarización social es hoy más evidente que ayer, debido a que la necesidad
capitalista de expansión y dominio de los mercados mundiales se traduce en el
aniquilamiento de las pequeñas y medianas industrias; y en países como el
nuestro en el que éstas representan a cerca del 90% de las empresas del país;
en una mayor expansión del capital extranjero y por ende en una mayor
dominación económica y política.
Las
fuerzas de la izquierda proletaria son las que han decidido colocarse del lado
del pueblo trabajador, de los campesinos, los indígenas y de todas las masas
pobres y explotadas, realizando su acción para la construcción del pueblo organizado
llamado a dar la última y decisiva batalla contra el imperialismo.
Siendo esta condición
de lucha la que determina nuestra existencia, nuestra acción ante una realidad
económica, política y social y ante un enfrentamiento de clases, existe entonces
la condición subjetiva para la unidad.
b).- La Condición
Subjetiva Para el Desarrollo de la Unidad.
En
el pasado han sido numerosos los intentos de distintas organizaciones para
conformar la unidad de la izquierda. Citamos solo para recordar algunos el del
Frente Nacional Contra la Represión, el Frente Nacional de Organizaciones de
Masas, el FAC-MLN, El Diálogo Nacional, etc. Pero ésta no se ha logrado. ¿Por
qué? Porque en estos intentos confluyeron organismos y personas que
representaban intereses, formas tácticas y estrategias distintas. El objetivo
de una parte que se llama de izquierda
de participar en estos intentos era el de montarse en el trabajo político que a
través de éstas podía desarrollarse para capitalizar sus aspiraciones
personales, burocráticas y parlamentarias. La otra parte se sentía atraída por
las coyunturas y movilizaciones que se desarrollaron, por la idea de un frente
común contra el partido de estado.
La
necesidad de la unidad de la izquierda socialista no es expresión del grito de
una sola organización. Es la hora de enfocar parte de nuestros esfuerzos en
esta dirección, pues los mismos acontecimientos nos lo exigen. ¿Cuál es
entonces nuestra línea a seguir?
El
piso sobre el que se levanta el proceso unitario es la unidad de acción. Está
no debe limitarse a una respuesta contestataria a ésta u otra política
económica del Estado o hecho represivo. La acción dentro del proceso unitario
también debe contemplar la planeación, organización y movilización de las masas
en acciones políticas destinadas a crear nuestras propias coyunturas, poner en
la palestra política determinadas demandas y planteamientos y sobre todo,
incrustarnos de forma progresiva en la vida política nacional, permitiendo la
ampliación y avance de la unidad.
c).- De la Coordinación a la Alianza Política y de ésta a la Conformación del
Frente Político.
1.-
De la Coordinación.
La
coordinación es la suma de esfuerzos en torno a un objetivo común y de mediano
plazo. El objetivo está determinado por una necesidad de posicionamiento y
crecimiento de las propias fuerzas, por la reivindicación de demandas políticas
y económicas del pueblo, por la respuesta a hechos represivos y la solidaridad
incondicional. La coordinación es el inicio del proceso de unidad, su primera
fase y en ella exponemos nuestras alternativas y conceptos y recibimos las de
otras organizaciones; nos ponemos de acuerdo y realizamos tareas en común.
Las formas que adquiere la
coordinación son bastas. Puede darse a través del intercambio de experiencias,
una publicación, la realización de eventos político-culturales, foros, movilizaciones, acciones políticas y hasta en
la definición de las formas de intervención y afectación en las contiendas
electorales.
2.- De la Alianza Política.
El objetivo de la alianza es
agrupar al mayor número posible de fuerzas de izquierda y aislar al máximo al
enemigo principal. La alianza es una suma de esfuerzos en torno a un plan de
lucha común. Esta suma de esfuerzos puede ser temporal y duradera, de acuerdo
al desarrollo diverso del proceso de unidad. En la alianza se plantean de forma
franca los desacuerdos, se da la lucha ideológica y política.
En
las alianzas las expresiones participantes mantienen su independencia política,
ideológica y orgánica. Entre ellas no debe existir subordinación, sino el
acuerdo y la unidad de acción en torno a intereses y objetivos comunes. Las
alianzas deben propiciar un mayor avance en la organización del pueblo.
La coordinación en la alianza no significa la eliminación de las
diferencias y contradicciones entre los diferentes aliados. La base del frente
está determinada por la oposición de todos los grupos frente al enemigo común,
permitiéndonos aglutinar más fuerza para golpear más fuerte.
3.- Del Frente de Masas.
La
construcción del Frente Político de Masas es una condición indispensable de la
lucha por el Socialismo. Significa dotar a las masas trabajadoras, campesinas y
populares de una herramienta principal en la batalla por el Socialismo. Los miembros del frente mantienen su
independencia política y organizativa. Son autónomas. Luchan dentro del mismo
por hegemonizar y lograr la dirección, lo cual es natural. El principio de la
unidad es la camaradería y la solidaridad irrestricta e incondicional. Las
organizaciones marxistas proletarias deben tener la suficiente amplitud,
flexibilidad e inteligencia en la construcción del Frente para llevarlo a cabo,
reunir a todas las clases y grupos sociales para aislar al Estado opresor y sus
lacayos.
El
Frente de masas debe tener su propia estructura e institucionalidad, que norme
la toma de decisiones y las formas operativas de llevarlas a cabo; así como la
relación entre los compañeros y las organizaciones. Esta institucionalidad debe
respetar la autonomía e independencia de cada una de las organizaciones que
conformen el frente.
La acción permanente consistente
en la movilización y educación de las masas debe pasar por el balance y el
análisis de sus procedimientos y resultados. El accionar político constituye la
forma en que se manifiesta el aprendizaje en la construcción del frente y de
las masas. El accionar político es nuestro constante contacto con la realidad y
nuestra forma de evaluar nuestra táctica y estrategia. Sólo mediante nuestra
actividad práctica se verificará lo acertado de tal o cual posición y sólo la
realidad irá resolviendo las contradicciones al interior del frente. Ello
requiere madurez y flexibilidad. Las organizaciones del frente deben respetar
disciplinadamente las decisiones que al interior del mismo se resuelvan y
llevarlas a cabo, aun cuando no las compartamos y creamos seriamente que son
equivocadas. Contrastarlas con la realidad a través de nuestro accionar
político es la única forma de constatar su certeza.
III.- Los Principios
para la Unidad.
Las
organizaciones que participamos en este Primer Encuentro de socialistas y
Comunistas vemos en él un espacio para la unidad de las fuerzas de la izquierda
proletaria, convencidos de la necesidad de impulsar la unidad como tarea
prioritaria y fundamental de la lucha socialista, y de la necesidad de
fortalecer la discusión, el análisis, la coordinación y la unidad de acción.
CONSIDERANDO:
1.- Que las organizaciones que
participamos en este Encuentro para la unidad de las fuerzas proletarias,
entendemos que el capitalismo es un modo de producción, que se basa en la
explotación de los trabajadores para obtener ganancias individuales de los
capitalistas. Es un sistema oprobioso, que no desistirá en mantener los
privilegios de los capitalistas a costa de la ruina, guerras y la hambruna para
los pueblos del mundo. Es en este sentido, que nuestras organizaciones se
plantean la destrucción del modo de producción capitalista y remplazarlo
por el modo de producción comunista, en donde la economía este al servicio de
la humanidad.
2.- Que las fuerzas de
la izquierda proletaria que constituimos este Encuentro y emprendemos la tarea
de construir la unidad socialista, somosantiimperialistas y anticapitalistas,
trabajamos para la toma del poder, lo que de acuerdo a nuestra realidad
concreta implica destruir al Estado burgués, pilar central del imperialismo y
del capitalismo.
3.- Que las organizaciones que participamos
en este Encuentro, nos guiamos por la teoría científica del proletariado: el
marxismo leninismo. A partir de este fundamento, del conocimiento e
interpretación de la realidad nacional e internacional y de su compromiso
práctico con los intereses del proletariado, asumimos el compromiso y
convicción de impulsar la unidad de las fuerzas proletarias.
4.- Que las organizaciones que participamos
en este Encuentro, tenemos la firme determinación de luchar para instaurar un
Estado democrático de los trabajadores, expresión teórico-política de la
dictadura del proletariado, asumiendo un programa de tareas patrióticas,
democráticas y socialistas, en un camino sin interrupción hasta la plena
instauración del socialismo y su norte, la sociedad Comunista.
5.- Que la unidad de
las fuerzas de la izquierda proletaria no es producto de la resolución de un
foro, asamblea, conferencia o congreso; sino que es el resultado de un proceso
cuya característica fundamental es la firme convicción y decisión de impulsar y
forjar la unidad.
6.- Que esa convicción y decisión se muestra
en la acción y que es ésta la que construye la confianza entre nosotros,
elemento esencial e indispensable para y de la unidad.
7.- Que la firme convicción y decisión de
construir la unidad, y como elemento esencial, la confianza entre nosotros,
surge del convencimiento de nuestra lucha antiimperialista, por la libertad y
la igualdad entre el hombre y la mujer, por la revolución socialista como único
camino hacia el comunismo, única salida para un mundo mejor; de nuestra
conciencia e ideología proletaria y nuestro compromiso con el pueblo y los
oprimidos de México y del mundo.
8.- Que reivindicamos y
adoptamos al materialismo dialectico e histórico como el fundamento de nuestra
acción política, como la teoría científica que sustenta a la sociedad comunista
para el surgimiento de un mundo mejor y una nueva etapa en el desarrollo de la
humanidad; siendo además la teoría y la experiencia acumulada de las luchas
revolucionarias de la clase obrera y de los pueblos del mundo por la
emancipación del ser humano.
9.- Que el proceso de
unidad requiere de la absoluta convicción de que entre nosotros deben
prevalecer los principios básicos que consideramos son los pilares de la
confianza entre nosotros, principios que se sustentan en la ética y la
filosofía marxista y que han sido base de la acción revolucionaria de los
pueblos, principios que no constituyen un valor normativo sino el resultado de
la moral comunista y la aspiración de la humanidad a elevar su actuación y su
sociedad a valores superiores, principios que no constituyen una obligación
estatutaria para nosotros como individuos ni para nuestras organizaciones; sino que son los elementos que
aspiramos cumplir para participar en el proceso revolucionario. Por lo que, sin
que sean los siguientes los únicos y los postulados inamovibles que constituyan
o forjen una doctrina dogmática y, por el contrario, que sean las bases para
que evaluemos nuestra propia actitud y accionar, como la de los demás y para
forjar la confianza.
Por
todo ello, este Primer Encuentro de Socialistas y Comunistas de México, emite
la siguiente declaración de principios para su análisis, estudio, valoración y
desarrollo, dentro del proceso de unidad que hemos emprendido, entre las
organizaciones que hoy participamos y entre toda la izquierda proletaria.
D E C L A
R A C I Ó N D E P R I N C I P I O S
PRIMERO: El proceso de unidad requiere que las relaciones entre
nuestras organizaciones y fuerzas proletarias hermanas, se finquen sobre los
pilares de igualdad, respeto y apoyos mutuos, discusión y solución de los
problemas de manera fraternal, franca, crítica y autocrítica en forma oportuna.
SEGUNDO: El proceso de unidad requiere
del respeto a la dignidad humana,
rescatando y reivindicando los derechos humanos, premisa esencial para
el desarrollo de la capacidad y de las aptitudes de cada persona.
TERCERO: El proceso de unidad requiere
del respeto de la libre expresión de las ideas, propuestas y alternativas, con
base en la igualdad, sin distinción por circunstancias étnicas, sociales,
económicas, políticas, culturales, cuantitativas o cualitativas o de cualquier
índole, que discriminen, menoscaban o afecten de algún modo el pleno ejercicio
de sus capacidades, la aportación de su experiencia, conocimiento y voluntad.
CUARTO: El proceso de unidad requiere de
la más amplia solidaridad y camaradería, irrestricta e incondicional, entre los
compañeros como entre las organizaciones.
QUINTO: El proceso de
unidad requiere del respeto de la autonomía de las organizaciones, entendida
como la libre decisión y determinación, considerando su trayectoria, sus
postulados, planteamientos y resoluciones, con el compromiso de los demás para
estudiarlos y comprenderlos.
SEXTO: El proceso de unidad requiere del
reconocimiento de todas las formas de lucha, considerando que éstas no
solamente llevan implícita la sincera intención de contribuir al cambio
revolucionario, que es la misma practica y desarrollo del accionar político la
que determina la certeza delas mismas y
que es éste un instrumento para la formación de conciencia, de acumulación de
experiencia y de desarrollo organizativo.
SÉPTIMO: El proceso de unidad requiere
de la crítica y la autocrítica entre los compañeros y entre las organizaciones,
del balance de nuestro accionar, como método de descubrimiento de nuestros
errores y desaciertos, de superación de los mismos; así como de valoración de
los alcances de nuestros logros.
OCTAVO: El proceso de unidad requiere de
la planeación, organización, ejecución y balance conjunto de nuestro accionar
político, asumiendo el cumplimiento colectivo entre todas nuestras
organizaciones de cada una de las actividades que impliquen el desarrollo de la
acción, considerando cada uno de los detalles implicados en la misma.
NOVENO: El proceso de unidad requiere
del reconocimiento de la existencia de numerosos compañeros y organizaciones
políticas, “chicas o grandes”, que a lo largo y ancho del país, que reconocen
al marxismo leninismo y reivindican al socialismo y el comunismo como el
resultado del desarrollo social y el advenimiento de un mundo mejor.
DÉCIMO: El proceso de unidad revolucionaria requiere
del internacionalismo proletario militante, reafirmando que la clase obrera es
una sola, con intereses y objetivos comunes y se une en el combate en todos los
lugares del mundo. Nuestras luchas están unidas con las batallas que libran
nuestros pueblos en todos los continentes contra el imperialismo y el
capitalismo.
DÉCIMO PRIMERA: El proceso de unidad requiere de independencia del Estado
burgués, de sus instituciones y organizaciones; así como del oportunismo, el
liberalismo y la socialdemocracia; entendida la independencia como nuestro
accionar propio, derivado de nuestro propio análisis, alternativa, fuerza y
decisión, conforme a los objetivos que nos planteemos y no detrás de la fuerza
y alternativa de movimientos ajenos a la revolución proletaria.
DÉCIMO SEGUNDA: El proceso de unidad requiere de compromiso y
responsabilidad, que significa asumir voluntariamente las tareas para la unidad
y el cambio revolucionario; así como el cumplimiento cabal y puntual de las
mismas.
LA
FORMA DE ORGANIZACIÓN QUE DEBE RESULTAR DEL ENCUENTRO.
La Articulación:
de lo inferior a lo superior y de lo simple a lo complejo.
La principal meta de este Primer Encuentro
es crear el espacio para permanecer articulados y a través de éste darle
continuidad a la discusión, análisis y el debate político e ideológico, a la
contribución que conjuntamente podamos hacer a la organización, formación política y concientización de
sectores del pueblo, pero sobre todo, a la planeación y ejecución conjunta de
acciones políticas, desde eventos políticos-culturales, hasta movilizaciones
políticas y reivindicativas. Proponemos una forma incipiente de organización,
el principio de la misma es que avancemos de lo más simple hacia formas más
complejas y superiores de organización, concibiendo que entramos en un proceso
de construcción en el cual debemos contemplar las leyes de la dialéctica.
Esta incipiente forma consiste en
coordinaciones políticas regionales, además de plenarias, talleres de análisis
y discusión política e ideológica comisiones: finanzas, prensa y propaganda,
archivo, etc. Además, en el ámbito de la formación política actividades que refuercen
las que en este ámbito desarrollen las propias organizaciones que participen de
este proceso.
A)
Plenarias: las
plenarias se compondrán por la asistencia de por lo menos un representante de
cada organización que participe en una coordinación regional. Podrán participar
además los que a título individual formen parte de una coordinación regional.
Habrán plenarias regionales y plenarias nacionales. Las plenarias regionales
serán definidas por las coordinaciones regionales. Las plenarias nacionales se
harán cada dos meses con la temática y lugar que se determinen en la plenaria
anterior. La primera plenaria deberá ser definida por el primer encuentro.
B)
Coordinaciones
Regionales: Teniendo ahora como base la existencia de organizaciones con radio
de acción en otros Estados que participen en este Encuentro, es que podemos
pensar en coordinaciones regionales. Si al encuentro asisten compañeros de
otros estados la necesidad de coordinaciones regionales será aún más evidente y
al mismo tiempo la alternativa más simple de coordinación. Cada coordinación
regional funcionara como sus mismos participantes lo determinen, con las
comisiones que consideren necesarias y los métodos que adopten para la toma de
decisiones. Siempre con el objetivo de desarrollar la planeación y ejecución
conjunta de acciones políticas.
C)
Talleres de análisis y
discusión y alternativa político-ideológica. Cada coordinación regional
desarrollará los talleres de análisis y discusión, con los temas y puntos que decidan.
Los temas y lugar de los talleres nacionales deberán ser decididos en plenaria
nacional.
D)
Actividades de
reforzamiento de la formación política. Estas actividades pueden desarrollarse
regionalmente como actividad de cada coordinación o nacionalmente como parte de
un plan de acción decidido en la plenaria nacional y pueden consistir en
conferencias, foros, talleres, documentales, películas, convivencias, etc.
¡¡ POR LA UNIDAD DE LAS FUERZAS PROLETARIAS!!
¡¡POR LA CONSTRUCCIÓN DEL FRENTE PATRIÓTICO ANTIIMPERIALISTA
Y ANTINEOLIBERAL!!
COLECTIVO DE PODER POPULAR LUCIO CABAÑAS BARRIENTOS DE
IZQUIERDA DEMOCRÁTICA POPULAR.
José
Seoane, Emilio Taddei y Clara Algranati,
“El concepto “movimiento social”
a la luz de los debates y la experiencia latinoamericana recientes”, págs. 8 y
11.
Véase Harvey, David, “El nuevo imperialismo. La acumulación por desposesión", Editorial Akal, Madrid, 2004 ,págs. 111-140.
Tomado
de Martha Harnecker: “Notas para un Debate sobre Poder Constituyente y Poder
Constituido”, disponible en http://www.rebelion.org/docs/62325.pdf)