Homenaje a Ricardo Mejía Samaniego a 5 años de su cobarde asesinato.

lunes, 4 de marzo de 2019

El sueño de Bolívar y el águila imperial

Por Ítalo Diaz Díaz
La historia a veces se repite, algunas veces como tragedia y otras como comedia.

Tras el golpe de Estado en Honduras el 28 de junio del 2009, el entonces presidente constitucional Manuel Zelaya, fue ilegalmente destituido y expulsado, en pijama, de territorio hondureño rumbo a Costa Rica.

Posteriormente el presidente hondureño intentó ingresar a Honduras en un avión facilitado por el gobierno chavista. El vuelo acompañado por miles de manifestantes en las afueras del Toncontin, en Tegucigalpa, no pudo aterrizar a pesar de que ya se encontraba en el espacio aéreo hondureño, porque los militares golpistas encabezados por Romeo Vázquez Velázquez y Roberto Micheletti, dieron la orden de impedir el aterrizaje del vuelo bolivariano.

Con autobuses, franco tiradores y tanquetas atravesados en la pista del Toncontin, no solo se impidió el descenso de la aeronave, sino que se atacó y reprimió a los manifestantes con un saldo de muertos y heridos que se personifican en la imagen agonizante del joven de 19 años Isis Obed Murillo. EL grito de ¡Urge Mel!, ¡Viene Mel! coreado por la resistencia al Golpe, de pronto se ahogó en los últimos estertores del joven agonizando.

Casi 9 años después y  en el marco del asedio imperial contra la República Bolivariana de Venezuela, el presidente Trump de los EEUU y su ministerio de colonias (OEA), más el Grupo de Lima, se dieron a la tarea de elegir a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, reconocido de forma inmediata e inusitada, por mas de una veintena de países gobernados por la ultraderecha fascista empoderada en América Latina y en el viejo continente.

Tras el golpe de Estado en Honduras las fuerzas de ultraderecha que hoy reconocen a Guaidó, no tuvieron vergüenza en apoyar a Micheletti como presidente designado por el Congreso Hondureño, pero en aquel entonces la correlación de fuerzas en Nuestra América era otra, la espada de Bolívar se alzaba sobre el "azufre" norteamericano y hasta la propia OEA se indispuso para reconocer a los golpista, no obstante que el gobierno de Obama hizo lo que pudo para proteger a sus aliados y gendarmes en la "República bananera"

El presidente electo por los yanquis en Venezuela, Juan Guaidó, desafiando al poder judicial venezolano que le restringió y prohibió salir del país, se trasladó a la frontera colombiana con Venezuela para encabezar el ingreso de la mal llamada ayuda humanitaria a territorio venezolano y tras el fracaso de su estrategia provocadora y su propósito guerrerista, Guaidó se apresta ahora a retornar a territorio venezolano donde se le espera con una orden de presentación por su desacato a la ley. Falta ver si el gobierno chavista, amenazado y sancionado por los gringos, se decide a ejecutar dicha orden o prefiere evitar el aterrizaje del avión que lo transporta.

El argumento para intervenir militarmente la casa presidencial en Honduras, fue que Mel, al promover la Cuarta Urna, pretendía cambiar la constitución para reelegirse. A la postre, el que se reeligió en medio de un fraude escandaloso, fue el actual presidente hondureño Juan Orlando Hernandez, inmediatamente reconocido por los gringos, sin importar que su hermano se encuentra procesado en el país de las barras y las estrellas, por narcotráfico y de que su gobierno ha sumido a la tierra de Morazán en una crisis humanitaria sin precedentes, visible a la luz de la miseria e inseguridad que azota al país y de los miles de ciudadanos, que se en desplazan en caravana mas allá de su frontera, en busca del sueño americano

Frustrado el intento de Mel para ingresar por la vía aérea a territorio hondureño, un día apareció en la embajada de Brasil cercado por policias y militares.

Protegido por el entonces presidente Ignacio Lula Da Silva, Mel tuvo que pasar largas horas, días y meses, antes de que un acuerdo internacional mediara para su reingreso a territorio hondureño, con todos las garantías para ejercer sus derechos políticos. Nueve años después Lula se encuentra en la cárcel condenado sin pruebas, a 30 años de prisión y demandando permiso para asistir al funeral de uno de sus nietos.

El autoproclamado presidente venezolano, Juan Guaidó, cuenta también con el apoyo de Jair Bolsonaro, fascista declarado que premió al Juez Moro por la condena que inhabilitó a Lula cuando en las encuestas encabezaba, por mucho, las preferencias electorales para presidente, del pueblo brasileño

Así en los próximos días el desafío de Guaidó al gobierno bolivariano, puede llegar montado en el águila imperial o aparecer de súbito, en alguna de las embajadas fascistas que lo respaldan, sea la Brasileña o la Colombiana, cuyo gobierno ya lo recibió con honores presidenciales.

Cualquiera que sea el desenlace de esta historia, lo cierto es que la guerra fria retornó, de la mano de la ultraderecha fascista y de las aspiraciones libertarias del pueblo bolivariano en el SXXI.



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