Homenaje a Ricardo Mejía Samaniego a 5 años de su cobarde asesinato.

viernes, 6 de mayo de 2022

LA PANDEMIA Y SUS CONSECUENCIAS PARA EL MOVIMIENTO SOCIAL Y LA TAREA ESTRATEGICA DE LA UNIDAD


Con el ánimo de comprender las diversas consecuencias en los diversos rubros de la construcción política, en Izquierda Democrática Popular emprendimos una reflexión interna, de la cual quedó como resultado el siguiente cúmulo de reflexiones.

¿CÓMO VIVIMOS LA PANDEMIA EN NUESTROS ESPACIOS DE CONSTRUCCIÓN POLITICA?

La pandemia tuvo su origen en China y se expandió rápidamente hacia algunos países europeos, los cuales han sido reconocidos como estados desarrollados, o bien industrializados, poseedores de recursos, instituciones y personal de salud de reconocido prestigio y calidad.

Una de las acciones que más resaltan es, como tras el anuncio de la pandemia en un poblado de China se creó entorno a ello toda una parafernalia de información por los medios masivos, enfocándose principalmente en exacerbar el sentido de la peligrosidad de lo que se avecinaba.

 La forma que adquirió la difusión de las consecuencias del COVID-19 tenía el propósito de generar miedo, propagar el temor, la amplia mayoría de las veces fundados en información falsa, y disfrazar como “medidas de precaución” la generación de pánico.

Lo que sí es claro es que la pandemia deja al descubierto la situación de pobreza de salud generalizada vivida por las poblaciones, esto como un producto del sistema neoliberal. Es momento de reflexionar sobre las prácticas sociales, formas de organización, de modelos políticos. Así mismo es momento de poner en el debate el desarrollo social como proceso humano y no dando prioridad a la riqueza económica planteada en el capitalismo, sino que el objetivo de la producción sean las personas.

Con esta pandemia los más vulnerables son las personas de sesenta años y más. Pero una vez más este sistema capitalista pone de manifiesto que si esto ocurre no es porque biológicamente sean los más susceptibles, sino porque son los más desprotegidos socialmente. Para el capitalismo el objetivo de la producción es la riqueza material para el lucro y el derroche y no para ampliar, equipar y hacer corresponder los servicios, insumos e instituciones de salud con las necesidades humanas de las poblaciones que deben disfrutar del derecho universal a la salud.

Ahora bien, en plena era digital donde las naciones del mundo están interconectadas en todos los campos del saber y del desarrollo; educadores, padres de familia y estudiantes quedaron aislados literalmente en el claustro domiciliario por la incapacidad de las autoridades educativas del país, por instalar a los tres integrantes de la comunidad escolar en una misma frecuencia y plataforma tecnológica para mantener el ritmo de enseñanza- aprendizaje fuera de las aulas.

Es cierto que un factor muy marcado en este desfase comunicacional que se produce a través de las redes digitales, está claramente condicionado por la situación de pobreza en que viven muchas familias y que les impide adquirir los equipos y programas informáticos necesarios para integrarse a la comunidad digital, pero la realidad es que también se observa como la disponibilidad de esas herramientas digitales se aprovecha espléndidamente para cuestiones de diversión mercantilizada, pero no para una mejora de los programas educativos por la vía digital en favor del estudiantado.

Si bien los estudiantes se mantienen actualizados en el manejo informático  de las nuevas tecnologías, el magisterio y los padres de familia se ubican en claro rezago que los mostró como analfabetas para atender la emergencia sin interrumpir el proceso educativo de los estudiantes, pero más grave a un representa la falta de comunicación y confianza que se tiene entre autoridades educativas y padres de familia para atender una causa común, como son los hijos de padres de familia, pero alumnos a cargo de los primeros.

No se debe pasar por alto que el mundo está transitando de una sociedad de la información a una sociedad de comunicación. Así que traducir la información en conocimiento es Imposible cuando no hay articulación en el engranaje educativo: maestros, padres de familia, estudiantes y el uso de la tecnología digital.

Además de las consecuencias de la pandemia en los procesos educativos, todo esto vino a desnudar un sistema de salud colapsado desde hace mucho tiempo atrás por las políticas neoliberales de privatización y corrupción, que han dado como resultado el aumento de mortalidad por enfermedades degenerativas tales como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. 

En esta pandemia la institución en la que se atiende la salud se convierte en un factor de riesgo de muerte: ser hombre incrementa el riesgo en un 80% con respecto a la mujer, tener más de setenta años lo incrementa más de 24 veces respecto a tener edades menores, ser indígena lo incrementa en 53%, ser hipertenso, en 51% ser obeso, en 34%, ser diabético incrementa el riesgo en 89 %, pero ser atendido en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS ) o en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del Estado ( ISSSTE) lo incrementa en 380%.

Los datos expuestos dan cuenta del escenario catastrófico al que se arribó y que no ha concluido, pues tiene su explicación en la existencia de regiones y grupos sociales con grandes carencias en un sistema de salud incapaz de dar respuesta adecuada.

A lo anteriormente dicho, el fin que se impuso fue causar miedo, pánico; esto se ha conseguido, sin ninguna duda, ahora falta la medida “sanitaria” ¡quédate en casa!, no salgas si no es necesario: esta medida fue aplicada de diferentes formas en diferentes partes del mundo: hubo lugares en donde se realizó con toque de queda, se utilizó la represión, estas medidas revelaron ante el mundo los perfiles autoritarios de gobernantes de estados y municipios en el país, el virus fue utilizado como el pretexto para mostrarse los gobiernos tal cual eran.

Ahora bien, esta pandemia trae consigo un golpe a la economía de miles de familias vulnerables de México, debido a que se les ha negado el derecho a laborar o en el peor de los escenarios han sido despedidos de sus lugares de trabajo.

Además de que micro, pequeños y medianos comercios se han visto en la imperiosa necesidad de despedir a sus trabajadores, precisamente porque han tenido que cerrar debido a estas políticas de implementación por parte de los gobiernos. 

Finalmente, una alternativa que debemos enarbolar es pasar a la resistencia construyendo una narrativa distinta a la oficial y de los medios masivos: del temor a la resistencia esperanzadora.

SOBRE LA LUCHA DE LAS MUJERES

Hablar de la necesidad de que las mujeres tengan posibilidad de romper la dominación impuesta hacia ellas, necesariamente pasa por lograr que sean escuchadas y reconocidas como seres capaces de participar en la construcción social y política de las sociedades y de nuestro país.

Ningún país puede decirse plenamente democrático si persiste la desigualdad, la discriminación y la violencia contra las mujeres.

Silvia Federici menciona que históricamente la caza de brujas, representó y reforzó el orden patriarcal, el cuerpo de las mujeres y sus poderes reproductivos fueron puestos bajo controles estatales y transformados en recursos económicos.

Pese a los avances, que son innegables, aún existen situaciones de gran atraso que afectan la incorporación plena, con dignidad, de la mujer a la vida nacional. No es posible aceptar que tengan una menor remuneración salarial. No puede aceptarse el descuido en las políticas de salud que permiten la existencia de cifras elevadas en la mortalidad materna o en los embarazos de las adolescentes.

La cultura, las tradiciones o las costumbres no deben obstaculizar el disfrute de la mujer de los mismos derechos, a salir de una zona de encierro y es tiempo de mirar también que tiene que ver con expectativas laborales, profesionales, sociales y el desempeño de múltiples roles.

Hablar de la mujer en México es hablar de más de la mitad de la población total en todos los ámbitos, trabajo, escolar, hogar, campo y muchos más; no representan solo un número de votantes registrados en el padrón electoral vigente. Las mujeres son mayoría en un país de arraigadas tradiciones machistas.

Recordemos que las mujeres no fueron invitadas a participar en el congreso constitucional de 1917.

Aunque históricamente la mujer, ha sido marginada en todos los ámbitos, no ha parado de luchar para ser tomada en cuenta; ejemplo de ello es el primer congreso feminista que se llevó a cabo en Yucatán en 1916.

La lucha de las mujeres pone al descubierto los idearios sexistas, racistas y patriarcales que funcionan en tantos discursos filosóficos, científicos o políticos.

No se desea solamente un empoderamiento económico, sino respeto, igualdad y justicia, y que con estos valores las mujeres tengan siempre voz y capacidad de elección, con estos elementos fundamentales podrán combatir la violencia de género, tener independencia económica, que aumentará una autonomía y les ayudará a salir de relaciones violentas, tener mayor acceso a servicios de salud y asesoría legal.

El papel de las mujeres en la Revolución Mexicana no se limitó a las labores domésticas, mientras los varones se encontraban en la lucha armada, en el campo de batalla.

La mujer dio pie a la imagen de soldadera desafiante. Las mujeres actuaron en importantes labores como reporteras, editoras de periódicos, maestras, telegrafistas, enfermeras, oficinistas, cocineras que le dieron una importancia vital a su presencia, porque no hacerlo actualmente.

De cierta manera, la posibilidad de que la mujer participe activamente en la conformación de la sociedad es porque tiene la capacidad y una mayor visibilidad.

Demos oportunidad a que se desenvuelvan en una época diferente, a pesar del machismo, los prejuicios y yugos impuestos por una sociedad dominante por hombres, dejen de impedir que se desarrollen como lo merecen e impulsemos el nuevo papel de la mujer en la sociedad ya que la lucha de la mujer no es de hoy y ya lleva un largo camino recorrido.

 

SOBRE LA UNIDAD DE LOS SOCIALISTAS Y COMUNISTAS DE NUESTRO PAÍS.

 

A lo largo y ancho de nuestro país, son numerosos los sectores que combaten en las calles por mejores condiciones de vida y de trabajo.  No falta ser muy analítico para darse cuenta que, en la mayoría de dichos sectores, existe la influencia, aunque sea pequeña de corrientes socialistas y comunistas. Desde Baja California hasta Chiapas, se palpa la influencia combativa y arrojada de individuos, colectivos u organizaciones que reivindican en sus discursos y en su práctica diaria, al materialismo histórico.

Cada etapa de la historia política y social de nuestro país ha contado con la participación, empuje y no pocas veces, con la dirección de socialistas y comunistas declarados, como testimonio de ello están las amplias listas de asesinados, desaparecidos y torturados, que reivindicaban el comunismo como el destino a alcanzar; si alguna corriente política ha saltado a la lucha con abnegación, convicción y combatividad, hemos sido nosotros, a pesar de que la historia oficial siempre nos haya mandado al olvido y a la irrelevancia.

Sin embargo, hoy empezamos a coincidir ampliamente entre nosotros en que, a pesar del papel que hemos desarrollado en las luchas históricas que nuestro pueblo ha librado, hemos cometido el error de la división y la fragmentación, que ha tenido como resultado más costoso nuestra marginación y peor aún, nuestra dilución a la hora de los procesos políticos decisivos.

 

Como organización hemos insistido reiteradamente en la necesidad de construir la unidad con otras organizaciones sociales y políticas, en la memoria esta nuestra participación en el Foro de la Izquierda Proletaria, la Federación de Socialistas y Comunistas de México y sus respectivos encuentros nacionales, nuestra participación en el Encuentro Social Hacia un Nuevo Constituyente, sin olvidar las relaciones bilaterales que hemos mantenido con diversas organizaciones, con las cuales hemos alcanzado niveles de fraternidad y confianza a muy alto nivel.

 

De todo esto concluimos que un buen número de compañeros y organizaciones coinciden en que la fragmentación es un problema que debemos afrontar y resolver, sin embargo, no hemos encontrado el método más adecuado y exitoso. A pesar de que palpamos la voluntad de muchos compañeros, que disponen de tiempo, recursos y esfuerzo en aras de encontrarse y dialogar con nosotros y con muchas fuerzas de todo el país, la tarea de la unidad a pesar de que es urgente, nos queda alejada todavía.  Primero, porque las desconfianzas del pasado, de los desencuentros anteriores aún están muy presentes en las mentes y los corazones de muchos compañeros, segundo, porque los tiempos y los calendarios regionales y sectoriales de las organizaciones son diferentes.

 

Como Izquierda Democrática Popular, nacimos a la vida como la unidad de tres corrientes políticas que consideraron necesario conjuntar esfuerzos con el objetivo de construir una organización que tuviera presencia nacional y aval jurídico, que nos permitiera ser una alternativa política en los años en los que la alternancia apenas y se asomaba en el sistema político. Muy pronto nos dimos cuenta que la unidad era una tarea difícil, primero por los distintos métodos de trabajo, después por las diferencias ideológicas, y por ultimo por divergencias de carácter y de personalidad, de los diversos militantes.

Mientras tanto los grupos de poder  en sus diferentes sucursales políticas subastaban al mejor postor la tierra y los recursos naturales, condenaban a los trabajadores al desempleo y en el mejor de los casos a la precariedad laboral y salarial, ponían a disposición del imperialismo las empresas estatales que en otro momento habían sido el puntal del desarrollo nacional, como la industria eléctrica y petrolera; al mismo tiempo mientras se repartían las regalías, desechaban la responsabilidad del estado mexicano con respecto a la salud y a la seguridad social de los trabajadores y la educación de sus hijos.

 

A pesar de vivir en carne propia junto a nuestro pueblo, las batallas contra estas y otras calamidades resultado de la adopción de las políticas neoliberales por la burguesía, no logramos articular el descontento popular. Si las políticas neoliberales hoy están en reflujo no es porque le hayamos ganado la batalla, es más adecuado decir que sufrieron un desgaste natural y esto le dio cabida al descontento popular que le es inherente.

 

Muchos pensaran que los llamados a la unidad de parte de Izquierda Democrática Popular son mero discurso. Comprendemos a los compañeros que piensen de esa forma, sin embargo, deben saber que después de haber participado en varios intentos de unificación, llegamos a la conclusión de que el mejor aporte unitario que le podíamos brindar al movimiento comunista era trabajar hacia dentro de nuestras filas, tratando de encontrar pautas comunes en lo ideológico, en la práctica y en los métodos de trabajo. En esa tarea nos encontramos, partiendo de la máxima de que no podemos construir la unidad de los socialistas y comunistas, si no podemos lograr escuchar, entender y dialogar con los camaradas con los cuales compartimos la misma historia, las mismas batallas y los mismos muertos.



 

 

 

 

 

           

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario