Homenaje a Ricardo Mejía Samaniego a 5 años de su cobarde asesinato.

lunes, 26 de noviembre de 2012

PONENCIA DEL CPP. LUCIO CABAÑAS DE IZQUIERDA DEMOCRÁTICA POPULAR


AL PRIMER  ENCUENTRO SOCIALISTA Y COMUNISTA


TEMA 1: DESARROLLO DEL CAPITALISMO


I.- NEOLIBERALISMO E IMPERIALISMO:

“… con fraternidad en nuestros labios, declaramos la guerra contra el género humano.”
Jeremy Bentham, palabras a la Convención Nacional de Francia en 1793, urgiéndola a “emancipar las colonias”: mostrando la inutilidad y el ultraje que significa el que un estado europeo mantenga dependencias en países lejanos[1]

La tesis que vamos a sostener en relación con el punto planteado en este apartado es que el neoliberalismo es un nuevo peldaño en la consolidación de los rasgos del desarrollo del imperialismo y por tanto, del capitalismo. El rasgo más significativo de esta etapa del imperialismo es la conformación de una alianza monopólica mundial, en la que el capitalismo ha superado aquella fase de lucha por el reparto del mundo que tuvo su mayor auge con las conflagraciones mundiales del siglo pasado. Ahora ya no son los estados y sus clases políticas los que, respondiendo a los intereses de sus respectivas burguesías nacionales, que utilizaban la estructura estatal y preponderantemente el militar, para conquistar los espacios de mercado y materias primas a su favor. Finalmente se han logrado conformar y consolidar poderosas empresas multinacionales que hoy asumen la toma de las decisiones de dirección económica y política no de un estado, sino de los estados, y los utilizan para la implementación de su dominio mundial. La superestructura estatal del capitalismo monopolista se utiliza ahora a la defensa y conservación del sistema económico de dominación de los magnates intercontinentales del capital; de una oligarquía internacional. Una etapa de consolidación superior posible por dos acontecimientos significativos: uno lo es la derrota infligida al comunismo internacional manifestada con el derrumbe del socialismo de la Unión Soviética y Europa Oriental. El otro lo constituye la vertiginosa revolución tecnológica que se ha producido principalmente en el ámbito de las tecnologías de la comunicación y las telecomunicaciones, con la fibra óptica, la tecnología digital, los satélites y el internet; que le permite realizar operaciones comerciales y financieras con mayor velocidad en cualquier parte del mundo; así como tomar decisiones, imponer políticas y realizar operativos militares de gran envergadura, con sofisticado armamento, en donde se le antoje o lo requiera; asociación monopólica que le posibilita a la burguesía unificarse pese a sus contradicciones y ver al mundo como una empresa que hay que administrar, empresa de sociedad anónima de la que todos sus accionistas obtienen ganancias.[2] Es la división económica del planeta entre los monopolios internacionales, lo que refleja un nuevo escalón de la concentración de la producción, división que Lenin señaló en el primer tercio del siglo pasado sentando como su fundamento “… un nuevo grado de la concentración mundial del capital y de la producción”[3] No significa esta nueva fase que se hayan eliminado las contradicciones entre el capital y la confrontación entre monopolios, las que se puede ver expresadas en bloques económicos dominantes, como los de la Unión Europea, China[4] o Japón, y que en momentos determinados pueden tensar está asociación mundial monopólica de administración capitalista de la “empresa mundo”; significa solamente que al menos no se vislumbra que se produzca entre ellos un nuevo enfrentamiento militar por el reparto mundial.

Esta nueva etapa del imperialismo reafirma el hecho de que el capital no tiene nación y de la conciencia de clase obtenida por los capitalistas que dominan al mundo desarrollando una estrategia de guerra: guerra contra el terrorismo, guerra contra el narcotráfico o guerra humanitaria[5]; todas ellas son expresión de una estrategia de guerra de baja intensidad cuyo fin es la subyugación de los pueblos sembrando el terror, implementando la represión y militarizando las calles. El cambio político producido con este nuevo grado del imperialismo tiene que ver con los métodos reaccionarios, violentos, dictatoriales y fascistas de control, dominación y subyugación. El imperialismo, se quita el velo, muestra su afán de dominio y ello se refleja en la política del capital. Tanto internamente como externamente, el imperialismo se aleja de la democracia, de los derechos humanos, tiende a la reacción. Cada vez será más visible que los métodos de implementación de esa dominación tienen su sustento en el ejercicio de la violencia, en la utilización de su poderío militar. Noam Chomsky expresa este contenido al afirmar:

“Estados Unidos ha dominado por mucho tiempo la región condos métodos principales: la violencia y el estrangulamiento económico.De manera general, los asuntos internacionales muestranmás que un ligero parecido con la mafia.”[6]

La actual crisis del capitalismo, la mayor de su historia, está arrasando derechos históricos de la clase obrera, por medio de las políticas de la Unión Europea, de la OTAN, de EE.UU., del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de los gobiernos nacionales. Está sirviendo para desvelar en carne viva la naturaleza verdadera del sistema capitalista. Sus dramáticas consecuencias abren una perspectiva que permite a los y las comunistas salir de la actual situación de arrinconamiento, permitiéndonos recuperar terreno e influencia en el seno de la clase obrera.

El capitalismo agonizante no tiene otra vía para sobrevivir que el aumento de la explotación de la clase obrera y la multiplicación del saqueo, el intercambio más desigual y, directamente, el robo. El capital se abalanza hoy sobre la fuerza de trabajo, haciendo retroceder todos sus derechos y reduciendo su precio, para mantener la tasa de ganancia.


TEMA 2: ESTRATEGIA Y TÁCTICA

II.- LUCHA DE CLASES Y MOVIMIENTOS SOCIALES.

“En las calles está el poder”
Tomás Nativí, detenido-desaparecido en Honduras durante la década de los 80.

En torno a estos dos conceptos existe una contradicción. Esta contradicción ha sido señalada por quienes sostienen que la explicación de la realidad a partir de la conceptualización del enfrentamiento entre capitalistas y proletarios ya no es aplicable luego de la derrota sufrida por el comunismo, y sustituyen a la contradicción substancial señalada por el marxismo entre el capital y el trabajo por el de capital versus movimiento social. También existe la tesis que plantea que no existe esta contradicción en tanto que el movimiento obrero viene a ser hoy una parte de este todo que se concibe como movimiento social.[7] En torno a esta  contradicción, la tesis que sostendremos es que la conceptualización que elimina la concepción de lucha de clases o minimiza su papel preponderante lleva a formas y conclusiones de lucha que retoman como alternativas la lucha electoral, la autonomía, el autogobierno o la insurrección popular, concebida principalmente como una irrupción popular y masiva capaz de derrocar gobiernos, irrupciones que, por cierto, se manifestaron en América del Sur, en Venezuela y Bolivia[8] y que ocurrieron en el mundo árabesin que exista una orientación clara de sus tendencias y orígenes por la injerencia imperialista,cuyos resultados reales, como en el resto de los países sublevados, no veremos sino hasta más adelante. Esta forma de concebir la lucha tiene como principal sustento una estrategia de resistencia civil pacífica, evoca en gran medida a la movilización espontánea del pueblo y no precisamente obtiene sus principales elementos en la desarrollada por Gandhi en la lucha contra el colonialismo imperialista inglés.

Los antecedentes a la conceptualización y uso del término movimiento social devienen a raíz del desenlace de las confrontaciones que en el marco de la guerra fría se dieron en el mundo. En la década de los 60, en algunos casos desde antes, circunscribiéndonos al ámbito latinoamericano, se desarrollaron movimientos populares armados en contra de dictaduras militares y regímenes de fachada civil, pero en realidad de corte militar. El auge de la lucha armada revolucionaria se vio aún más revitalizada por el triunfo de la revolución cubana. En ese momento, no cabía la menor duda, la lucha era político militar.

El imperialismo estadounidense implementaba su estratégica de seguridad nacional que mostró al mundo hasta qué grado de criminalidad es capaz para sostener sus dominación. El movimiento socialista se dividió en dos, porque una parte se plegaría después a favor de reformas políticas que se abrían con objetivos contrainsurgentes. La mayor parte de quienes abrazaron antes el comunismo y decidieron participar en la institucionalidad política se plegaron a las voces que anunciaron el fracaso del “experimento marxista” y por tanto de su doctrina “ortodoxa, dogmática y totalitaria”. Por el otro lado, las fuerzas que desplegaron la lucha armada desarrollaron las tesis marxistas sobre la guerra, pero la mayor parte sucumbieron ante la atroz embestida del imperialismo. Uno de los factores que contribuyó decisivamente en su derrota fue la caída del bloque socialista en el mundo. Así fue revertida la revolución en Centroamérica que ahora vemos revitalizada con el respaldo popular y electoral quehan alcanzado en Nicaragua y El Salvador y con la resistencia hondureña ante el golpe de estado de junio del 2009.  Existe una diferencia sustancial entre Centroamérica de la segunda mitad del siglo pasado con la de principios del siglo XXI, diferencia que utilizaremos para exponer una proposición para toda la región: lo que se puede apreciar en las movilizaciones de resistencia de ahora es la falta de conducción por parte de estructuras organizadas desde la perspectiva del marxismo leninismo. Tanto las fuerzas revolucionarias que en Chile lucharon contra la dictadura de Pinochet, pasando por los Tupamaros de Uruguay, los Montoneros de Argentina, Mariguela en Brasil, hasta  los sandinistas en Nicaragua, la mayor parte de las organizaciones que conformaron el Frente Farabundo Martí en El Salvador, la URNG en Guatemala y los diversos grupos insurgentes en Honduras (Cinchoneros y Morazanistas, entre otros); fueron de corte comunista.

Entonces, el movimiento comunista, en Latinoamérica y en el mundo sufrió una derrota de la que aún no se ha repuesto y cuyos bríos actuales apenas y se perciben en el paradigma planteado por el Movimiento Bolivariano encabezado por Hugo Chávez en Venezuela con el proclamado Socialismo del Siglo XXI. La organización comunista quedó dividida, disminuida en grupos atomizados incapaces de ponerse a la cabeza de la lucha popular. Es el proletariado sin cabeza de José Revueltas, es la nunca lograda Internacional Comunista de Marx.

La noción de movimiento social surge en parte de esta ausencia e incapacidad de dirección comunista y porque los pueblos, históricamente, con comunistas o sin ellos, siempre se han revelado y resistido contra la opresión y están siendo empujados más hoy por el avance del neoliberalismo y la dominación imperialista, que va por la reversión de todas sus conquistas y el despojo de su territorio, aguas, energéticos, etc., orillando a todos a una cada vez mayor disminución de sus posibilidades de vida y a convertirse, en consecuencia, en asalariados, desplazados o desocupados. Es el despojo de los comunes.[9]

La falta de dirección comunista ha venido a ser sustituida por conceptos como el de autonomía, poder popular o democracia participativa, en los que el énfasis está puesto en la decisión de los pueblos y de las masas sobre como resistir y sobrevivir al embate imperial.

La lucha puede ser por proteger tierras, los ejidos en México, o por obtenerlas, los movimientos de los Sin Tierra en Brasil o de los campesinos hondureños en el Bajo Aguan[10]. Por vivienda digna,  por agua, como en Bolivia o los Mazahuas en el Estado de México, por la educación gratuita, por la defensa de la ecología, los derechos humanos, la lucha indígena, además de los Zapatistas en nuestro país, de gran envergadura Bolivia, los Mapuche en Chile y el movimiento indígena en Colombia, etc. El Movimiento Social se va conformando entonces a partir de una serie de demandas y necesidades que se tienen por falta o defensa de un bien o satisfactor. 

En el seno del Movimiento Social se manifiestan diversas corrientes e ideologías y entre ellas la fragmentada organización comunista. Esta diversidad en tendencias y en necesidades convierte al Movimiento Social en un movimiento “sin ideologías” o mejor expresado, con “muchas ideologías”, en un sujeto colectivo sin dirección, pero que por su acción y cantidad, ha puesto en crisis la legitimidad del modelo neoliberal[11]


Pero la irrupción más sustancial de este sujeto colectivo se ha producido cuando ha logrado identificar una sola demanda para todos y unificar espontáneamente y sin estructura organizada, la movilización masiva callejera. La demanda única, el hegemón analógico  de Dussel,[12] ha sido, en la mayoría de los casos en América Latina, la destitución de un presidente, la defensa de uno, en otros casos (Hugo Chávez en Venezuela, Manuel Zelaya en Honduras y Rafael correa en Ecuador) y el caso de Bolivia que comenzó con la lucha por el agua vinculado estrechamente a la lucha indígena. En Costa Rica deben ser consideradas las jornadas en contra del TLC,[13] y hoy vemos en torno a las defensa de la seguridad social y conquistas obreras las movilizaciones en España, Grecia y Portugal. Sólo para mencionar unos ejemplos.

El carácter relativamente espontáneo y desorganizado del Movimiento Social, cuando no ha conseguido la demanda común, el hegemón analógico, tiende a diluirse a pesar de los esfuerzos que las diversas corrientes y organizaciones que trabajan en su seno desarrollan para mantener su capacidad de movilización, para que se manifiesten con la misma fuerza o mayor en futuras acciones o, en casos concretos, en procesos electorales. Cuando han logrado apoderarse de instancias del gobierno u otros espacios del poder burgués y por su accionar accede al gobierno un reconocido luchador social, como Evo Morales, por ejemplo, el Movimiento Social pierde iniciativa y la asume el gobierno de izquierda o progresista. Es más, una vez que han ganado el ejercicio del poder ejecutivo y parlamentario a través de sus candidatos, el movimiento social cede la iniciativa a sus gobernantes y acciona únicamente en su defensa.[14]

La estructuración de ese movimiento social, es por ese lado, una de las tareas fundamentales a los que el movimiento debe arribar, pero las alternativas son variadas y, en algunos casos sólo se manifiestan por las figuras del plebiscito, revocación de mandato o referéndum. Quizás sea aventurado decir que el más claro y avanzado es el proceso de participación en Venezuela por la creación paralela a los esfuerzos de organización del movimiento social, del partido político del socialismo del siglo XXI.

Cuando entonces, se pone en la mesa del análisis la discusión de ¿cómo? organizar esa “masa”, estructurarla para la resistencia y el enfrentamiento con el Imperio, no deja de aparecer el recuerdo del Partido Comunista, no de un grupo de “iluminados”; sino de quienes tienen la decisión y la voluntad de asumir la tarea de organización popular en estructuras que sean capaces de enfrentar al poderío militar del imperio; es pues, el accionar de todo el pueblo no únicamente del Partido.

Los movimientos Sociales representan entonces sólo una etapa del desarrollo de la conciencia proletaria y de su organización. En la medida en que esta conciencia se exprese en todos los sectores en resistencia como la identificación plena del imperialismo como expresión clara de los intereses de la clase capitalista, contrapuesto a la clase trabajadora y a los pueblos, enemigo de la humanidad, y del poderío militar que tiene, entonces las masas sabrán que la lucha transformadora es un asunto de vida o muerte.

Dice RaulZibechi que:

   “Uno de los hechos más destacados del nuevo escenario, desde una mirada centrada en los movimientos, es la dificultad de encontrar ejes temáticos capaces de aglutinar un amplio conjunto de luchas locales y regionales (…) Los hechos sociales más destacados de 2006 y 2007 muestran una aguda fragmentación temática que incluye un amplio abanico que va desde la resistencia a la firma de tratados de libre comercio que motivó movilizaciones importantes en Ecuador, Perú, Colombia y Centroamérica, hasta la lucha democrática y contra las formas “arcaicas” y autoritarias de dominación, que tuvieron en las movilizaciones contra el fraude electoral en México y en la sublevación de Oaxaca sus manifestaciones más destacadas.”[15]

   Los comunistas, en su tarea revolucionaria deben colocar como eje temático o hegemón analógico al socialismo y al comunismo en la reivindicación de los movimientos sociales. 

III.- MOVIMIENTO SOCIAL Y PROLETARIADO EN MÉXICO

“De la agitación y la denuncia a  la movilización política y de ésta a las acciones políticas de las masas”

   México tiene una particularidad que lo diferencia de los procesos del resto de América Latina. Esto no hace del proceso mexicano algo especial si consideramos que cada país tiene sus peculiaridades que trazan también su diferencia con los demás. Pero la que existe en el proceso mexicano consiste en que los grupos armados que irrumpieron desde los años 60 del siglo pasado lograron sobrevivir, algunos con el planteamiento claramente marxista-leninista. ¿Puede este hecho pasar desapercibido en el contexto de los movimientos sociales? Viendo el proceso mexicano desde el montículo de estos grupos el panorama es diferente del que observamos desde aquellos. Para los grupos armados la tarea principal en este momento es de preparación para el combate, concibiendo ésta no como sólo la de los elementos que lo componen sino de todo el pueblo. En una primera etapa se trata de construir la voluntad popular de combatir. El problema entonces se traduce en cómo realizar esa preparación del pueblo. Este cuestionamiento se inscribe dentro de los movimientos sociales, porque la respuesta que se le dé tiene que ver con la movilización de diferentes sectores del pueblo a partir de sus propias demandas. Dentro de la estrategia trazada se plantea la necesidad de construir un poderoso movimiento de masas, es decir, la confluencia de los movimientos sociales que surgen necesariamente como respuesta a la opresión y miseria en que se ven forzados a vivir los pueblos. La acción política desarrollada por estos movimientos se convierte entonces en el mecanismo de preparación y concientización. Solamente mediante la acción los movimientos sociales pueden llegar a convertir una demanda muy concreta como el de la vivienda o el de la seguridad en una demanda política, que puede ser la destitución de un funcionario o la realización de una reforma como la implantación de la revocación del mandato. Esta conversión de una demanda que expresa la satisfacción de una necesidad muy concreta, que atañe solamente a un sector, puede representar una necesidad de una parte todavía mayor de quienes en principio la enarbolaron, aproximarse al hegemón analógico de Dussel y si gira hacia una demanda política la confrontación tiene que ver con magnitudes mayores. Dos ejemplos de esto lo encontramos en la insurrección encabezada por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) que comenzó como un movimiento magisterial y terminó siendo un movimiento popular con la demanda de la destitución del gobernador del Estado Ulises Ruiz. No podemos más que imaginarnos lo que ese movimiento dejó al pueblo oaxaqueño si recordamos que llegaron a poner barricadas en distintos puntos de la ciudad en una evocación a las enseñanzas de la Comuna de Paris. El otro ejemplo lo tenemos recientemente con la movilización impulsada por el poeta Javier Sicilia, que igual pasó de una demanda de seguridad y contra la violencia al reclamo de la renuncia del encargado de la Policía Federal y un acuerdo nacional que cuestiona seriamente la “guerra contra el narcotráfico” promovida por el actual régimen y la denuncia como una guerra que en términos reales se realiza contra el pueblo.

Es decir, la diferencia entre concebir a los movimientos sociales como sustitutos de las organizaciones comunistas o no, estriba en que si se les considera así se ve en ellos la alternativa de transformación del país, lo que significa pensar en que eso es posible aun considerando que el movimiento así surgido no esté sustentado en la idea de la transformación socialista y que el imperialismo no va a intervenir llevándolo al terreno militar. En este sentido, los triunfos de Venezuela y Bolivia son altamente significativos, pero hay que verlos como procesos que enfrentan constantes intentos por partedel imperialismo para revertirlos y de los que no hay que descartar la resolución violenta que puede emprender como último recurso. Las 7 bases militares que tiene el ejército de los E. U. en Colombia, empuñan sus misiles con dirección a Caracas.

Visto el escenario como la realización de la revolución proletaria, el problema resulta más complicado. Se trata de forjar la conciencia proletaria para oponerla a la burguesa, de su organización política y su capacidad de defensa, porque el contenido de la revolución que se pretende es la destrucción y liquidación de los instrumentos de poder del estadousando los instrumentos de poder del proletariado.

De todos modos, tanto desde uno u otro plano, el problema inmediato es el mismo y es el de la unidad de los movimientos sociales, los cuales en México se encuentran realizados desde diferentes escenarios de lucha, pero al mismo tiempo convocados por diferentes referentes que constituyen proyectos de unidad hacia un solo frente de masas. Ahí están el Diálogo Nacional Por la Defensa de la Soberanía,[16] la Coordinadora Nacional del Movimiento Nacional por la Defensa del Petróleo, la Economía Popular y la Soberanía Alimentaria, el Frente Nacional Contra la Represión[17], el Movimiento de Liberación Nacional,[18] la Convención Nacional Democrática, la otra Campaña y el Congreso Social Hacia un Nuevo Constituyente.[19]Hoy en día, un nuevo esfuerzo se desarrolla con la Convención Nacional Contra la Imposición. En todos estos referentes participa la izquierda socialista y comunista e intenta en ellos posicionar sus consignas. Es posible decir que por la existencia de éstos el debate de las izquierdas a que aluden Héctor Mora y Antonio Martínez[20] se está realizando ya en este país, debate sobre el que pesa una cuestión práctica como el de las formas de lucha y en particular los procesos electorales vienen a convertirse en una fuente de división. Las elecciones también pueden verse de diferente forma y cada una de éstas tiene una visión de corto o de largo alcance, más allá de las críticas que señalan a quienes participan como únicamente movidos por el dinero y el espacio de poder que personalmente le otorga una curul o un cargo público. Situación por cierto que ha hecho de la izquierda electoral una izquierda realmente cuestionable, moralmente vista como corrupta y cómplice del desarrollo neoliberal.[21] Entonces los candidatos y el partido de esa izquierda electoral no resultan confiables para un amplio sector del pueblo que está convencida de la necesidad de la transformación social y una izquierda que bien los zapatistas identificaron como “la izquierda de abajo”[22], pero también otros la señalan como la izquierda socialista o la izquierda proletaria. Sin embargo, la coyuntura electoral debe analizarse partiendo del reconocimiento de que existe un amplio movimiento social que surge a partir de la esperanza de miles de personas en el triunfo electoral de su candidato y en quien ellos si confían y ven como alternativa del cambio. Así se manifestó en 1988 con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas y en el 2006 y 2012 con López Obrador. El cómo intervenir en esos procesos para forjar la unidad de los movimientos sociales sin que ello signifique ponerse a la cola de esa izquierda electoral o confrontarse con ella ha sido el gran dilema de esa otra izquierda a la que hacen alusión los zapatistas[23]

Las irrupciones masivas electorales que hemos visto también han alternado con otras como la de la APPO en Oaxaca, o la de miles de mexicanos que se movilizaron a Chiapas para detener la embestida militar en contra del EZLN en el 94, o la realizada, también por los zapatistas en el 2001, o la huelga del C.G.H. y recientemente el movimiento del #yo soy 132; todas ellas nos hablan de un amplio descontento popular, que hierve la sangre y mueve a miles a la resistencia; pero que no encuentra alternativa en su lucha y los referentes existentes en vez de conducirlos por un camino los jalan hacia diferentes horizontes.

Las movilizaciones que se realizan dentro de la coyuntura electoral son parte de esa preparación de la que se hizo mención antes, y visto de esa forma, a la izquierda comunista le debe interesar impulsarla y confrontarla con la estructura realmente antidemocrática y represiva del Estado. Esta quizás sea una experiencia vivida en El Salvador, en donde Hugo Molina asevera que “los escenarios de las luchas políticas electorales se convirtieron en cauces para las movilizaciones sociales y las luchas reivindicativas de sindicatos y gremios, organizacionescomunales, de excombatientes de la guerra, principalmente de empleados públicos…”.[24]Los estudiantes del #yo soy 132 nos enseñaron como se puede irrumpir en el proceso electoral sin apoyar una candidatura y por tanto sin colocarse a la cola de un partido político o candidato. El voto informado que reivindicaron sacó a los estudiantes a las calles en grandes movilizaciones y en acciones en las colonias, barrios y el transporte público con un esfuerzo significativo por forjar conciencia en el pueblo.


CONCLUSIONES:

1.- La implementación de la política neoliberal significa el acrecentamiento del despojo y el saqueo de los recursos de los países de la periferia, subyugados por la presión y el estrangulamiento económico y la política de terror y guerra que se despliega a través de la guerra de baja intensidad. Este neoliberalismo también atenta contra las conquistas sociales alcanzadas antes por la clase obrera, el campesinado y el resto de la sociedad como lo pueden ser los salarios y jornadas laborales de los trabajadores o la reforma agraria y el consecuente reparto de tierras. Se ha generado en todo el mundo una política de resistencia que se expresa en lo que muchos han llamado movimientos sociales.

2.- Esta preponderancia de los movimientos sociales en la respuesta contra el neoliberalismo es heterogénea, espontanea y dispersa en cuanto al planteamiento de un proyecto de nación, pues es reivindicativa y por tanto una lucha economicista que se ha tornado política sólo cuando se ha manifestado en procesos electorales, ha pedido la destitución de un funcionario público, hasta el presidente de la república, ha defendido el orden constitucional en contra de golpes de estado, y en expresiones más avanzadas, ha sido autogestivo y ha impulsado la autonomía o el autogobierno como formas de poder popular.

3.- Las características economicistas y de espontaneidad, su falta de unidad; así como el no planteamiento del problema del poder y la destrucción del Estado capitalista es la principal dolencia de los movimientos sociales, síntoma inequívoco de que su preponderancia se debe a la ausencia del movimiento comunista que aún no logra reponerse de la derrota sufrida con la caída del bloque socialista en la URSS y Europa Oriental, así como de los movimientos insurgentes en América  y otras partes del mundo, con lo que se marcó el fin de la guerra fría.

4.- Visto el movimiento social como la expresión de lucha que por sí sola va a ser la alternativa transformadora de la sociedad, es una visión no clasista de la sociedad, cortoplacista. La noción de imperialismo no sólo evidencia la confrontación entre capital y trabajo, sino que también pone en la palestra los métodos antidemocráticos y represivos que surgen de la política de los monopolios y, por tanto, señalan con urgencia la necesidad de la unidad de las fuerzas comunistas.

5.- En México existen diversos referentes de movimientos sociales que buscan su unidad, la misma no ha sido posible porque no encuentran su hegemón analógico; pero los comunistas tienen la tarea de forjar en las masas la conciencia de que la única salida a la crisis y opresión imperialista es la revolución socialista y el proceso de construcción de las condiciones para arribar al comunismo,considerando las experiencias que han vivido los países que han intentado construir el socialismo en el siglo XX y en lo que va de siglo XXI para no cometer los mismos errores, pues el socialismo no se decreta y el poder se construye.

6.- En nuestro país, los procesos electorales son fuente de conflicto y enfrentamiento entre la izquierda electoral y la independiente, porque la primera ha demostrado su falta de ética, consecuencia y representación de los intereses y luchas del pueblo; sin embargo debe reconocerse que en los procesos electorales de los últimos 23 años, se han generado significativos movimientos sociales que han tomado las calles en defensa de la voluntad popular. La gran tarea de los comunistas es empatar este movimiento social electoral con el resto de las luchas populares como desarrollo hacia la constitución de un frente único de masas, capaz de aglutinar a todas las fuerzas socialistas o no y patrióticas, que se oponen al neoliberalismo y al imperialismo. La reivindicación de una nueva Asamblea Nacional Constituyente puede ser el hegemón analógico de cara al pasado proceso electoral fraudulento del 2012.

7.- Además del Constituyente el movimiento social y los activistas de los diferentes frentes, comunistas, anarquistas, teólogos de la liberación, patriotas y todos quienes están convencidos a enfrentar el embate neoliberal, deben partir como una de las bases de su unidad del principio de que todas las formas de lucha son válidas y por lo tanto del respeto a las mismas así como de quienes no estén convencidos de desarrollar esta o aquella.

TEMA III.- PROGRAMA DE LUCHA Y PLAN DE ACCIÓN

IV.- HACIA LA CONSTRUCCIÓN DEL FRENTE PATRIÓTICO, ANTI-IMPERIALISTA Y ANTINEOLIBERAL.

Hay que estar atentos hasta del crecimiento de la hierba”. Lenin

El ascenso revolucionario mundial así como la intensificación de la lucha de clases y las masas populares se refleja con los grandes movimientos de masas en Asia, Europa y América siguiendo un curso general ascendente. En México basta mirar el año 2006 para percibir este ascenso, con la “Otra Campaña”, Atenco, la APPO y la propia movilización pos electoral contra el fraude. En el 2012 no puede dejarse de ver al “Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad” y al “yo soy 132”, y en general a las luchas estudiantiles. Pero el aspecto importante que queremos destacar en torno a este desarrollo del movimiento de masas es la participación de fuerzas que no son comunistas o socialistas; pero que muestran una marcada lucha patriótica, antimperialista y antineoliberal. Quizás un caso polémico sea el del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y la figura de López Obrador; pero atentos a su desarrollo podríamos determinar que se enmarca también dentro de esta lucha; así como también a quienes hoy conforman “La otra campaña” y el Frente Zapatista de Liberación Nacional; así como al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Existen además, otras fuerzas que encuadran en la resistencia, pero que tienen características gremiales como el SME, la CNTE, etc. Por tanto, es posible y necesario impulsar la alianza entre las fuerzas revolucionarias, las patrióticas, antimperialistas y antineoliberales. Esta se convierte en una de las tareas estratégicas que los comunistas del país debemos desarrollar, sobre la base de los siguientes ejes:

a)Una política de reivindicación de las demandas populares.
b)Una política de denuncia de las instituciones del Estado y de la mafia que ha usurpado el poder.
c)Una política que reivindique los principios de la democracia participativa y por tanto se oriente hacia un nuevo constituyente y una nueva república.
d)Una política de movilización y acciones políticas en defensa de los bienes de la nación y de las conquistas y demandas sociales.
e)Una política que reconozca y respete a todas las formas de lucha.

f) El Constituyente:

La bandera de un nuevo Constituyente es aglutinadora. Va más allá del proceso electoral y plantea una alternativa al desgaste del sistema de gobierno actual. El Constituyente significa participación del pueblo  y expresión de su voluntad. Ante el Estado fallido, ante diputados y senadores inservibles, ante un ejecutivo fracasado y un sistema judicial corrupto y al servicio de la oligarquía, reivindicamos al Constituyente, como expresión del pueblo para decidir el rumbo que queremos para nuestro país. El Constituyente es incluyente porque llama a todo el pueblo y es continuo porque necesita de la participación constante e infinita del pueblo.

El Constituyente reivindica entonces nuestra soberanía, porque plantea la decisión del pueblo en la dirección del Estado, es organizador porque requiere de la organización popular y es movilizador porque implica la movilización del pueblo en la defensa de sus intereses. El Constituyente es plural, amplio, revolucionario. El Constituyente es un planteamiento alternativo ante el proceso electoral. Ellos llaman a votar y nosotros al Constituyente. Es un llamado ante el fraude, ante la derrota de la izquierda electoral o ante su posible triunfo para empujarla a aceptar la orientación del pueblo.

No se trata de pensar que estamos en condiciones de implementar el Constituyente. Tampoco lo estamos en relación con el socialismo y sin embargo lo reivindicamos en todas nuestras proclamas. Se trata de posicionar en la conciencia colectiva la idea del Constituyente, como propuesta democrática, popular y de alianza hacia el frente único de masas.

1)      De la concepción burguesa del Constituyente[25]:  

La democracia liberal burguesa sostiene que la soberanía reside en el pueblo y distingue entre poder constituyente y poder constituido. El pueblo ejerciendo su poder soberano ejerce el poder constituyente: elabora la constitución y crea los poderes constituidos (ejecutivo, legislativo y judicial). Una vez ejercitado el poder constituyente, éste desaparece y lo que permanece es el poder constituido. El poder constituyente es absorbido en la máquina de la representación, pero eso no quita que de vez en cuando pueda activarse.

2) La concepción revolucionaria del poder constituyente

La concepción revolucionaria, en cambio, considerando igualmente que la soberanía reside en el pueblo, sostiene, sin embargo, que durante la revolución el poder constituyente no tiene fin; que no se detiene, que está siempre en actividad, creado continuamente nuevas respuestas. El poder constituyente se mantiene vivo y es la base de todo. El proceso, por lo tanto, no termina con la elaboración de la constitución. El poder constituyente originario, sólo ese poder puede continuar impulsando la revolución, siendo expresióndel clamor del poder popular, alimentándose de él,  derribando barreras que le impiden la realización del sueño supremo de una patria libre, independiente y socialista.

El proceso movido por el poder constituyente no se detiene. No se trata de limitar el poder constituyente, sino de hacerlo ilimitado. El único concepto posible de constitución es el de revolución: poder constituyente, precisamente, como procedimiento absoluto e ilimitado.

La unidad de los movimientos sociales en torno a la constitución de un gran frente de masas que aglutine a todas las fuerzas que se manifiestan contra el neoliberalismo sean patriotas, nacionalistas o comunistas, sólo es posible si se reconoce que todas las formas de lucha son válidas, por lo que cada persona u organización es libre de desarrollarlas y empujar hacia su ejecución; pero no puede obligar a quienes no están de acuerdo.[26] Para los comunistas es sólo la comprensión de la necesidad de la combinación de todas las formas de lucha.


V.- HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE LA UNIDAD SOCIALISTA Y COMUNISTA

PRINCIPIOS PARA LA UNIDAD.

“…pero las masas obreras, cuando llegue el momento, se unirán con facilidad y rapidez y unirán a todos los comunistas sinceros en un solo partido, capaz de instaurar el régimen soviético y la dictadura del proletariado.”
Lenin en “La Escisión de los Comunistas Alemanes”

A.- Introducción

En la lucha que libramos los pueblos del mundo por nuestra liberación, quienes conformamos las organizaciones que participamos en el Primer Encuentro de Socialistas y Comunistas de Méxiconos rebelamos ante un sistema que intenta justificar el robo sistemático de las riquezas que generan las grandes mayorías por parte de una minoría que se aprovecha de la explotación como instrumento para lograr sus objetivos: la burguesía. Un sistema que promueve diversas formas de opresión, perpetuando el hambre, la miseria y el desprecio hacia millones de personas de todas las edades. Un sistema que cuenta con una poderosa superestructura que pretende legitimar un modo de producción que genera plusvalía y, con ella, gran desigualdad. Un sistema en el que millones están condenados a perecer por no tener acceso a la alimentación, la salud, la vivienda y a la educación, derechos de todas y todos; mucho menos al conocimiento liberador que les permita adquirir conciencia de clase. Un sistema que antepone la acumulación del capital al bienestar social, sin importarle la destrucción continúa del ambiente, que es de toda la humanidad. Es el sistema capitalista, que se nos presenta en la actualidad en su estadio superior: el imperialismo.

Consientes de que la toma del poder para transformar esta realidad y construir el socialismo, como etapa de transición hacia la sociedad sin clases, no se puede hacer de manera aislada, hemos decidido iniciar y conformar un espacio para la unidad de las fuerzas proletarias, que luche por la emancipación de los pueblos y por los intereses de las grandes mayorías.

Nuestras organizaciones luchan contra toda forma de injusticia y toda forma de discriminación, en cualquier parte del planeta, sobre la base del internacionalismo proletario. Luchamos por la propiedad social sobre los medios de producción de bienes y servicios, y contra la concepción mercantilista de la producción. Luchamos por un mundo en el que los seres humanos convivamos en armonía con nuestro entorno, ya que sólo así garantizaremos nuestra sobrevivencia en el planeta.

B.-  Sobre la Unidad de las Fuerzas de la Izquierda Proletaria en la Lucha de Masas.

a).- La Condición Objetiva Para el Desarrollo de la Unidad.

La condición objetiva para la unidad de las fuerzas de la izquierda proletaria está determinada por las condiciones de explotación de los trabajadores mexicanos, cada vez más pobres y paupérrimos, por una clase minoritaria cada vez más rica y poderosa. La relación de sometimiento de la clase obrera representa una contradicción que genera por un lado inmensas masas de mexicanos pobres y una minoría de ricos empresarios aliados al capital mundial. Esta polarización social es hoy más evidente que ayer, debido a que la necesidad capitalista de expansión y dominio de los mercados mundiales se traduce en el aniquilamiento de las pequeñas y medianas industrias; y en países como el nuestro en el que éstas representan a cerca del 90% de las empresas del país; en una mayor expansión del capital extranjero y por ende en una mayor dominación  económica y política.

Las fuerzas de la izquierda proletaria son las que han decidido colocarse del lado del pueblo trabajador, de los campesinos, los indígenas y de todas las masas pobres y explotadas, realizando su acción para la construcción del pueblo organizado llamado a dar la última y decisiva batalla contra el imperialismo.
Siendo esta condición de lucha la que determina nuestra existencia, nuestra acción ante una realidad económica, política y social y ante un enfrentamiento de clases, existe entonces la condición subjetiva para la unidad.

b).- La Condición Subjetiva Para el Desarrollo de la Unidad.

En el pasado han sido numerosos los intentos de distintas organizaciones para conformar la unidad de la izquierda. Citamos solo para recordar algunos el del Frente Nacional Contra la Represión, el Frente Nacional de Organizaciones de Masas, el FAC-MLN, El Diálogo Nacional, etc. Pero ésta no se ha logrado. ¿Por qué? Porque en estos intentos confluyeron organismos y personas que representaban intereses, formas tácticas y estrategias distintas. El objetivo de una parte que se  llama de izquierda de participar en estos intentos era el de montarse en el trabajo político que a través de éstas podía desarrollarse para capitalizar sus aspiraciones personales, burocráticas y parlamentarias. La otra parte se sentía atraída por las coyunturas y movilizaciones que se desarrollaron, por la idea de un frente común contra el partido de estado.

La necesidad de la unidad de la izquierda socialista no es expresión del grito de una sola organización. Es la hora de enfocar parte de nuestros esfuerzos en esta dirección, pues los mismos acontecimientos nos lo exigen. ¿Cuál es entonces nuestra línea a seguir?

El piso sobre el que se levanta el proceso unitario es la unidad de acción. Está no debe limitarse a una respuesta contestataria a ésta u otra política económica del Estado o hecho represivo. La acción dentro del proceso unitario también debe contemplar la planeación, organización y movilización de las masas en acciones políticas destinadas a crear nuestras propias coyunturas, poner en la palestra política determinadas demandas y planteamientos y sobre todo, incrustarnos de forma progresiva en la vida política nacional, permitiendo la ampliación y avance de la unidad.

c).- De la Coordinación a la Alianza Política y de ésta a la Conformación del Frente Político.

1.- De la Coordinación.

La coordinación es la suma de esfuerzos en torno a un objetivo común y de mediano plazo. El objetivo está determinado por una necesidad de posicionamiento y crecimiento de las propias fuerzas, por la reivindicación de demandas políticas y económicas del pueblo, por la respuesta a hechos represivos y la solidaridad incondicional. La coordinación es el inicio del proceso de unidad, su primera fase y en ella exponemos nuestras alternativas y conceptos y recibimos las de otras organizaciones; nos ponemos de acuerdo y realizamos tareas en común.

Las formas que adquiere la coordinación son bastas. Puede darse a través del intercambio de experiencias, una publicación, la realización de eventos político-culturales, foros,  movilizaciones, acciones políticas y hasta en la definición de las formas de intervención y afectación en las contiendas electorales.  



2.- De la Alianza Política.

El objetivo de la alianza es agrupar al mayor número posible de fuerzas de izquierda y aislar al máximo al enemigo principal. La alianza es una suma de esfuerzos en torno a un plan de lucha común. Esta suma de esfuerzos puede ser temporal y duradera, de acuerdo al desarrollo diverso del proceso de unidad. En la alianza se plantean de forma franca los desacuerdos, se da la lucha ideológica y política.

En las alianzas las expresiones participantes mantienen su independencia política, ideológica y orgánica. Entre ellas no debe existir subordinación, sino el acuerdo y la unidad de acción en torno a intereses y objetivos comunes. Las alianzas deben propiciar un mayor avance en la organización del pueblo.

La coordinación en la alianza no significa la eliminación de las diferencias y contradicciones entre los diferentes aliados. La base del frente está determinada por la oposición de todos los grupos frente al enemigo común, permitiéndonos aglutinar más fuerza para golpear más fuerte.

3.- Del Frente de Masas.

La construcción del Frente Político de Masas es una condición indispensable de la lucha por el Socialismo. Significa dotar a las masas trabajadoras, campesinas y populares de una herramienta principal en la batalla por el Socialismo.  Los miembros del frente mantienen su independencia política y organizativa. Son autónomas. Luchan dentro del mismo por hegemonizar y lograr la dirección, lo cual es natural. El principio de la unidad es la camaradería y la solidaridad irrestricta e incondicional. Las organizaciones marxistas proletarias deben tener la suficiente amplitud, flexibilidad e inteligencia en la construcción del Frente para llevarlo a cabo, reunir a todas las clases y grupos sociales para aislar al Estado opresor y sus lacayos.

El Frente de masas debe tener su propia estructura e institucionalidad, que norme la toma de decisiones y las formas operativas de llevarlas a cabo; así como la relación entre los compañeros y las organizaciones. Esta institucionalidad debe respetar la autonomía e independencia de cada una de las organizaciones que conformen el frente.

La acción permanente consistente en la movilización y educación de las masas debe pasar por el balance y el análisis de sus procedimientos y resultados. El accionar político constituye la forma en que se manifiesta el aprendizaje en la construcción del frente y de las masas. El accionar político es nuestro constante contacto con la realidad y nuestra forma de evaluar nuestra táctica y estrategia. Sólo mediante nuestra actividad práctica se verificará lo acertado de tal o cual posición y sólo la realidad irá resolviendo las contradicciones al interior del frente. Ello requiere madurez y flexibilidad. Las organizaciones del frente deben respetar disciplinadamente las decisiones que al interior del mismo se resuelvan y llevarlas a cabo, aun cuando no las compartamos y creamos seriamente que son equivocadas. Contrastarlas con la realidad a través de nuestro accionar político es la única forma de constatar su certeza.


III.- Los Principios para la Unidad.
Las organizaciones que participamos en este Primer Encuentro de socialistas y Comunistas vemos en él un espacio para la unidad de las fuerzas de la izquierda proletaria, convencidos de la necesidad de impulsar la unidad como tarea prioritaria y fundamental de la lucha socialista, y de la necesidad de fortalecer la discusión, el análisis, la coordinación y la unidad de acción.

CONSIDERANDO:

 1.- Que las organizaciones que participamos en este Encuentro para la unidad de las fuerzas proletarias, entendemos que el capitalismo es un modo de producción, que se basa en la explotación de los trabajadores para obtener ganancias individuales de los capitalistas. Es un sistema oprobioso, que no desistirá en mantener los privilegios de los capitalistas a costa de la ruina, guerras y la hambruna para los pueblos del mundo. Es en este sentido, que nuestras organizaciones se plantean la destrucción del modo de producción capitalista y remplazarlo  por el modo de producción comunista, en donde la economía este al servicio de la humanidad.

2.- Que las fuerzas de la izquierda proletaria que constituimos este Encuentro y emprendemos la tarea de construir la unidad socialista, somosantiimperialistas y anticapitalistas, trabajamos para la toma del poder, lo que de acuerdo a nuestra realidad concreta implica destruir al Estado burgués, pilar central del imperialismo y del capitalismo.

   3.- Que las organizaciones que participamos en este Encuentro, nos guiamos por la teoría científica del proletariado: el marxismo leninismo. A partir de este fundamento, del conocimiento e interpretación de la realidad nacional e internacional y de su compromiso práctico con los intereses del  proletariado, asumimos el compromiso y convicción de impulsar la unidad de las fuerzas proletarias.

   4.- Que las organizaciones que participamos en este Encuentro, tenemos la firme determinación de luchar para instaurar un Estado democrático de los trabajadores, expresión teórico-política de la dictadura del proletariado, asumiendo un programa de tareas patrióticas, democráticas y socialistas, en un camino sin interrupción hasta la plena instauración del socialismo y su norte, la sociedad Comunista.

5.- Que la unidad de las fuerzas de la izquierda proletaria no es producto de la resolución de un foro, asamblea, conferencia o congreso; sino que es el resultado de un proceso cuya característica fundamental es la firme convicción y decisión de impulsar y forjar la unidad.

   6.- Que esa convicción y decisión se muestra en la acción y que es ésta la que construye la confianza entre nosotros, elemento esencial e indispensable para y de la unidad.

   7.- Que la firme convicción y decisión de construir la unidad, y como elemento esencial, la confianza entre nosotros, surge del convencimiento de nuestra lucha antiimperialista, por la libertad y la igualdad entre el hombre y la mujer, por la revolución socialista como único camino hacia el comunismo, única salida para un mundo mejor; de nuestra conciencia e ideología proletaria y nuestro compromiso con el pueblo y los oprimidos de México y del mundo.

8.- Que reivindicamos y adoptamos al materialismo dialectico e histórico como el fundamento de nuestra acción política, como la teoría científica que sustenta a la sociedad comunista para el surgimiento de un mundo mejor y una nueva etapa en el desarrollo de la humanidad; siendo además la teoría y la experiencia acumulada de las luchas revolucionarias de la clase obrera y de los pueblos del mundo por la emancipación del ser humano.

9.- Que el proceso de unidad requiere de la absoluta convicción de que entre nosotros deben prevalecer los principios básicos que consideramos son los pilares de la confianza entre nosotros, principios que se sustentan en la ética y la filosofía marxista y que han sido base de la acción revolucionaria de los pueblos, principios que no constituyen un valor normativo sino el resultado de la moral comunista y la aspiración de la humanidad a elevar su actuación y su sociedad a valores superiores, principios que no constituyen una obligación estatutaria para nosotros como individuos ni para nuestras  organizaciones; sino que son los elementos que aspiramos cumplir para participar en el proceso revolucionario. Por lo que, sin que sean los siguientes los únicos y los postulados inamovibles que constituyan o forjen una doctrina dogmática y, por el contrario, que sean las bases para que evaluemos nuestra propia actitud y accionar, como la de los demás y para forjar la confianza.

Por todo ello, este Primer Encuentro de Socialistas y Comunistas de México, emite la siguiente declaración de principios para su análisis, estudio, valoración y desarrollo, dentro del proceso de unidad que hemos emprendido, entre las organizaciones que hoy participamos y entre toda la izquierda proletaria.


D E C L A R A C I Ó N    D E    P R I N C I P I O S

PRIMERO: El proceso de unidad requiere que las relaciones entre nuestras organizaciones y fuerzas proletarias hermanas, se finquen sobre los pilares de igualdad, respeto y apoyos mutuos, discusión y solución de los problemas de manera fraternal, franca, crítica y autocrítica en forma oportuna.

SEGUNDO: El proceso de unidad requiere del respeto a la dignidad humana,  rescatando y reivindicando los derechos humanos, premisa esencial para el desarrollo de la capacidad y de las aptitudes de cada persona.

TERCERO: El proceso de unidad requiere del respeto de la libre expresión de las ideas, propuestas y alternativas, con base en la igualdad, sin distinción por circunstancias étnicas, sociales, económicas, políticas, culturales, cuantitativas o cualitativas o de cualquier índole, que discriminen, menoscaban o afecten de algún modo el pleno ejercicio de sus capacidades, la aportación de su experiencia, conocimiento y voluntad.

CUARTO: El proceso de unidad requiere de la más amplia solidaridad y camaradería, irrestricta e incondicional, entre los compañeros como entre las organizaciones.

QUINTO: El proceso de unidad requiere del respeto de la autonomía de las organizaciones, entendida como la libre decisión y determinación, considerando su trayectoria, sus postulados, planteamientos y resoluciones, con el compromiso de los demás para estudiarlos y comprenderlos.

SEXTO: El proceso de unidad requiere del reconocimiento de todas las formas de lucha, considerando que éstas no solamente llevan implícita la sincera intención de contribuir al cambio revolucionario, que es la misma practica y desarrollo del accionar político la que determina la certeza  delas mismas y que es éste un instrumento para la formación de conciencia, de acumulación de experiencia y de desarrollo organizativo.

SÉPTIMO: El proceso de unidad requiere de la crítica y la autocrítica entre los compañeros y entre las organizaciones, del balance de nuestro accionar, como método de descubrimiento de nuestros errores y desaciertos, de superación de los mismos; así como de valoración de los alcances de nuestros logros. 

OCTAVO: El proceso de unidad requiere de la planeación, organización, ejecución y balance conjunto de nuestro accionar político, asumiendo el cumplimiento colectivo entre todas nuestras organizaciones de cada una de las actividades que impliquen el desarrollo de la acción, considerando cada uno de los detalles implicados en la misma.

NOVENO: El proceso de unidad requiere del reconocimiento de la existencia de numerosos compañeros y organizaciones políticas, “chicas o grandes”, que a lo largo y ancho del país, que reconocen al marxismo leninismo y reivindican al socialismo y el comunismo como el resultado del desarrollo social y el advenimiento de un mundo mejor.

DÉCIMO: El proceso de unidad revolucionaria requiere del internacionalismo proletario militante, reafirmando que la clase obrera es una sola, con intereses y objetivos comunes y se une en el combate en todos los lugares del mundo. Nuestras luchas están unidas con las batallas que libran nuestros pueblos en todos los continentes contra el imperialismo y el capitalismo.

DÉCIMO PRIMERA: El proceso de unidad requiere de independencia del Estado burgués, de sus instituciones y organizaciones; así como del oportunismo, el liberalismo y la socialdemocracia; entendida la independencia como nuestro accionar propio, derivado de nuestro propio análisis, alternativa, fuerza y decisión, conforme a los objetivos que nos planteemos y no detrás de la fuerza y alternativa de movimientos ajenos a la revolución proletaria.

DÉCIMO SEGUNDA: El proceso de unidad requiere de compromiso y responsabilidad, que significa asumir voluntariamente las tareas para la unidad y el cambio revolucionario; así como el cumplimiento cabal y puntual de las mismas.

LA FORMA DE ORGANIZACIÓN QUE DEBE RESULTAR DEL ENCUENTRO.

La Articulación: de lo inferior a lo superior y de lo simple a lo complejo.

La principal meta de este Primer Encuentro es crear el espacio para permanecer articulados y a través de éste darle continuidad a la discusión, análisis y el debate político e ideológico, a la contribución que conjuntamente podamos hacer a la organización,  formación política y concientización de sectores del pueblo, pero sobre todo, a la planeación y ejecución conjunta de acciones políticas, desde eventos políticos-culturales, hasta movilizaciones políticas y reivindicativas. Proponemos una forma incipiente de organización, el principio de la misma es que avancemos de lo más simple hacia formas más complejas y superiores de organización, concibiendo que entramos en un proceso de construcción en el cual debemos contemplar las leyes de la dialéctica.

   Esta incipiente forma consiste en coordinaciones políticas regionales, además de plenarias, talleres de análisis y discusión política e ideológica comisiones: finanzas, prensa y propaganda, archivo, etc. Además, en el ámbito de la formación política actividades que refuercen las que en este ámbito desarrollen las propias organizaciones que participen de este proceso.

A)    Plenarias: las plenarias se compondrán por la asistencia de por lo menos un representante de cada organización que participe en una coordinación regional. Podrán participar además los que a título individual formen parte de una coordinación regional. Habrán plenarias regionales y plenarias nacionales. Las plenarias regionales serán definidas por las coordinaciones regionales. Las plenarias nacionales se harán cada dos meses con la temática y lugar que se determinen en la plenaria anterior. La primera plenaria deberá ser definida por el primer encuentro.

B)    Coordinaciones Regionales: Teniendo ahora como base la existencia de organizaciones con radio de acción en otros Estados que participen en este Encuentro, es que podemos pensar en coordinaciones regionales. Si al encuentro asisten compañeros de otros estados la necesidad de coordinaciones regionales será aún más evidente y al mismo tiempo la alternativa más simple de coordinación. Cada coordinación regional funcionara como sus mismos participantes lo determinen, con las comisiones que consideren necesarias y los métodos que adopten para la toma de decisiones. Siempre con el objetivo de desarrollar la planeación y ejecución conjunta de acciones políticas.

C)    Talleres de análisis y discusión y alternativa político-ideológica. Cada coordinación regional desarrollará los talleres de análisis y discusión, con los temas y puntos que decidan. Los temas y lugar de los talleres nacionales deberán ser decididos en plenaria nacional.

D)    Actividades de reforzamiento de la formación política. Estas actividades pueden desarrollarse regionalmente como actividad de cada coordinación o nacionalmente como parte de un plan de acción decidido en la plenaria nacional y pueden consistir en conferencias, foros, talleres, documentales, películas, convivencias, etc.

¡¡ POR LA UNIDAD DE LAS FUERZAS PROLETARIAS!!

¡¡POR LA CONSTRUCCIÓN DEL FRENTE PATRIÓTICO ANTIIMPERIALISTA Y ANTINEOLIBERAL!!

COLECTIVO DE PODER POPULAR LUCIO CABAÑAS BARRIENTOS DE IZQUIERDA DEMOCRÁTICA POPULAR.




[1]Citado por Michael Hudson, en “Súper Imperialismo. La Estrategia Económica del Imperio Norteamericano”, Primera Edición, DOPESA Editores, España, 1973.
[2]Ver Sexta Declaración de la Selva Lacandona, “III. De Cómo Vemos el Mundo”, p. 7
[3]Vladimir I. Lenin, “El Imperialismo fase superior del capitalismo”, en obras completas, tomo 22, Editora Política, La Habana, 1966, p.205. Citado por GeorguiRudenko, en “La Metodología leninista en la investigación del imperialismo”, Editorial de Ciencias Sociales,, La Habana, 1977, p. 74.
[4]El caso de China a nuestro parecer merece un estudio especial, recordemos el eslogan “un país, dos sistemas” enarbolado por el Partido Comunista Chino, doctrina, que  reconoce que China constituye un sólo país, bajo el régimen de la República Popular China, pero que acepta que dentro de ese Estado Chino unificado coexistan sistemas económicos y políticos diferentes en determinadas zonas, inclusive manteniendo el capitalismo en ciertas regiones del país en paralelo con la construcción del socialismo. A estas regiones se les denomina Regiones Administrativas Especiales.
[5]NahomiClain, engloba esta característica en la categoría de “La Doctrina del Shock” o “capitalismo del desastre”, en su obra:  “La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre, Editorial Paidós
[6]Chomsky, Noam, “Alternativas para América Latina” en Martínez, Martínez, Ricardo, compilador, “Los Movimientos Sociales del Siglo XXI, Diálogos Sobre el Poder”, Serie Pensamiento Social, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Venezuela 2008, p. 69.
[7]José Seoane, Emilio Taddei y Clara Algranati,  “El concepto “movimiento social” a la luz de los debates y la experiencia latinoamericana recientes”, págs. 8 y 11.
[8] Martínez, Martínez, Ricardo, compilador, “Los movimientos Sociales del Siglo XXI, Diálogos Sobre el Poder”, Serie Pensamiento Social, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Venezuela 2008, p.7
[9]Véase Harvey, David, “El nuevo imperialismo. La acumulación por desposesión",  Editorial Akal, Madrid, 2004 ,págs. 111-140.
[10]Referencias a este conflicto los podemos encontrar en el sitio defensoresenlínea.com.
[11]José Seoane, Emilio Taddei y Clara Algranati, óp. cit., p. 6.
[12]Dussel, Enrique,  “El Pueblo y el Poder Liberador”, en “Los movimientos Sociales del Siglo XXI, Diálogos Sobre el Poder”, Martínez, Ricardo, compilador,  Serie Pensamiento Social, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Venezuela 2008, p. 241.
[13]Martínez,Martínez, Ricardo, “El Estado Actual de los Movimientos sociales Latinoamericanos”, en “Los movimientos Sociales del Siglo XXI, Diálogos Sobre el Poder”, Martínez, Ricardo, compilador,  Serie Pensamiento Social, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Venezuela 2008, pág. 24, 40.
[14]Zibechi, Raúl, “Nueva Encrucijada para los movimientos Sociales” en “Los movimientos Sociales del Siglo XXI, Diálogos Sobre el Poder”, Martínez, Ricardo, compilador, Serie Pensamiento Social, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Venezuela 2008, pág. 58 y 60.
[15]Zibechi, Raúl, óp. cit., p. 61.
[16] http://www.dialogonacional.org.mx/dn/documento.html
[17]http://www.fncr.blogspot.com/
[18]http://mln.org.mx/index.php
[19]http://congresosocial2010mexico.blogspot.com/
[20]Martínez, Antonio y Mora, Héctor, “La Disputa por la Nación, México 2006-2007”,
[21] Véase “Sexta Declaración de la Selva Lacandona”, “IV. De cómo vemos nuestro país que es México”, pág. 9 y 10.
[22] Ibídem, pág. 15.
[23]Para Antonio Martínez y Héctor Mora, es un dilema de todas las fuerzas anti neoliberales, óp. cit., p. 131.
[24]Molina, Hugo, “Combinación de Lucha Social y Política por el poder del Estado, Conforme a Cada Periodo Histórico”, documento avalado por el consejo Nacional del FMLN, en Martínez, Ricardo, compilador, óp. cit., p. 162.
[25]Tomado de Martha Harnecker: “Notas para un Debate sobre Poder Constituyente y Poder Constituido”, disponible en http://www.rebelion.org/docs/62325.pdf)

[26]Sobre esto Hugo Molina nos expone la experiencia salvadoreña en su trabajo. Véase en Martínez, Ricardo, compilador,  óp. cit., pág. 154 y 155.


Para acceder a esta ponencia en formato PDF ir a esta dirección:
http://es.scribd.com/doc/125811367/Rumbo-Al-Primer-Encuentro-Socialista-y-Comunista-Documentos-Cpp-Lcb-Idp-3

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